Se considera que un bebé es prematuro si nace antes de la semana 37 de gestación. Cada año llegan al mundo cerca de 15 millones de niños prematuros.
A partir de 2015, se estableció que estos nacimientos son la principal causa de muerte infantil. A nivel internacional, la tasa de nacimientos prematuros oscila entre 4 % y 16 % de los niños nacidos en 2020.
En la Argentina, de los 700 mil nacimientos anuales 8 % nacen prematuros y 1,2 % son recién nacidos pretérmino con peso menor de 1.500 gramos.
Las complicaciones derivadas del nacimiento prematuro son la principal causa de mortalidad entre los menores de cinco años, y en 2019 se cobraron alrededor de 900.000 vidas. Las tres cuartas partes de estos fallecimientos podrían prevenirse con intervenciones disponibles, que son costoeficaces.
En cuanto los bebés luchadores ajenos a esta estadística, algunos pueden desarrollar patologías más o menos graves, y en otros casos sólo deberán usar anteojos desde una edad más temprana, o serán más bajos que los niños de su edad.
La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud decidieron hacer foco en la necesidad de que madres y padres tengan acceso irrestricto a las unidades de cuidados neonatales intensivos (UCI), tras comprobar los beneficios que esto conlleva para el desarrollo del bebé: desde el contacto piel a piel hasta la lactancia directa, pasando por el apego. Ciertamente, los aportes no son sólo para el bebé: para las familias, reduce el estrés y la angustia.
Desde el punto de vista profesional, el seguimiento neonatal permite el diagnóstico temprano de problemas. De hecho, los nacimientos pretérmino requieren algunas valoraciones adicionales y seguimiento posterior. Para los bebés nacidos antes de las 34 semanas, así como para casos en que se detecten otros criterios de riesgo, el seguimiento debería ser realizado por un equipo multidisciplinario conformado para estos efectos.
Existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de prematurez, tales como la maternidad adolescente; el tabaquismo; el consumo de alcohol o drogas; el trabajo con exceso de esfuerzo o exceso de actividad física; las enfermedades maternas crónicas o infecciosas; y la detección de embarazos múltiples o complicaciones.
En lo que refiere a la prevención, es importante realizar controles antes y durante el embarazo que permitan conocer si existen factores de riesgo y cómo tratarlos.
La mayoría de los bebés prematuros requiere largos períodos de recuperación y seguimiento, por lo que conocer sus derechos fundamentales ayuda a ser más conscientes sobre esta condición biológica.
En concreto, el recién nacido prematuro tiene derecho a recibir atención adecuada a sus necesidades, considerando las semanas de gestación, el peso al nacer y las características individuales. Tiene, como se dijo, derecho a estar en compañía de su familia todo el tiempo.
Su familia dispone del derecho al pleno acceso a la información y participación en la toma de decisiones sobre la salud, a lo largo de toda la atención neonatal y pediátrica.
"Lo importante son los controles y el trabajo del profesional", señaló una mamá que atravesó por esta situación. Según comparte, a partir de una ecografía, el ecógrafo obstetra descubrió que tenía poco líquido amniótico y debió dar a luz al bebé en la semana 35.
"Más allá de que nació con bajo peso y de la semana que debió pasar en neonatología, mi obstetra quiso averiguar por qué una mujer joven, de 31 años, sana, y que nunca había fumado, tuvo un parto prematuro. De los estudios, surgió que tengo trombofilia hereditaria. Los estudios, el diagnóstico y el tratamiento hicieron posible que tuviera a mis otros dos hijos a término, y con otro tipo de peso", agregó.
En sintonía, se expresaron los profesionales:
desde la especialista en obstetricia Lorena Claus, jefa del
Hospital Santojanni, quien subrayó la necesidad de
identificar los embarazos de alto riesgo y seguir un plan de control exhaustivo que contemple factores como la
presión arterial, el
peso materno, y la
vitalidad fetal; hasta el
bioingeniero y especialista en imágenes de Centro de Servicios Hospitalarios (CSH), Gerardo Luduena Martínez, quien apuntó
la importancia de la ecografía morfológica a partir de la semana 20, para un examen detallado del desarrollo fetal.
"En CSH, reafirmamos nuestro compromiso de proveer el mejor equipamiento médico a las instituciones de salud", aseveró
Tomás Piqueras, CEO de la empresa con
soluciones especialmente enfocadas en Neonatología, además de
tres líneas de ecógrafos.
A partir de la vanguardia tecnológica, la empresa apoya a los profesionales en la realización de estudios esenciales para el cuidado de las personas gestantes.