"Los gobiernos y los políticos fueron poco sinceros a la hora de hacer balances, y explicar qué salió mal del Plan Austral o de la Convertibilidad", resumió el periodista y experto en comunicación Gabriel Llorens Rocha, quien acaba de publicar junto al economista Andrés Borenstein el libro Puede fallar.
Este volumen, editado por Planeta, revisa y analiza los 40 años de democracia argentina y hace foco, precisamente, en la economía y la comunicación.
"Buscamos continuidades y cambios en la historia, bajo la premisa de aprender del pasado", señaló en una charla #SinBarbijo con El Informatorio.
"Tenemos que ser sinceros y hablar con claridad. Debe ganar la transparencia. Pero habrá pasado que muchas veces preferimos que nos mientan, porque no queremos asumir la realidad. Entonces, nos convertimos en cómplices", subrayó.
"Ahora, hay tres candidatos presidenciales con chances ganar las elecciones. Y la pregunta es 'cuánta verdad estamos dispuestos a escuchar'. Venimos de diez años de recesión y con una inflación desbocada", reflexionó el cofundador de Bond, consultora de Comunicación y Asuntos Públicos.
"Apostamos a que la conversación sea más sincera", subrayó el coautor del libro Puede fallar. Economía y comunicación en 40 años de democracia.
"En estas cuatro décadas, hay cosas que se repiten y otras que no. Es cierto que estamos en una situación inflacionaria que se parece demasiado a la de los años 80, un problema con la deuda similar y una crisis política con reminiscencias del pasado", comentó Gabriel Llorens Rocha, en otro segmento de la charla #SinBarbijo con El Informatorio.
"Como decía Rodolfo Terragno, 'Crecer es cambiar de problemas'. A diferencia de otros países de la región, nosotros seguimos estancados en el tema de la inflación", prosiguió.
A la hora de evocar programas económicos que dejaron sus sellos en estos cuarenta años, memoró que "tanto el Plan Austral (Alfonsín - Sourrouille) como la Convertibilidad (Menem - Cavallo) tuvieron comienzos promisorios. Lo mismo que Kirchner y Lavagna, quienes lograron estabilizar la economía, ya en 2003/2004".
"Para el libro Puede fallar -que escribimos con Andrés Borenstein-, entrevistamos a Jorge Remes Lenicov, responsable de la salida de la Convertibilidad en 2002 (N. de R.: tras la crisis institucional que derivó en la caída del gobierno de Fernando De la Rúa). En su obra, 115 días para desarmar la bomba, el ex ministro de Duhalde deja un legado y explica qué se hizo bien y qué mal", aseguró.
"Además, Remes cree que Duhalde perdió los comicios de 1999 porque hizo público lo que él, como economista, le había recomendado: salir de la Convertibilidad, porque era un modelo agotado", deslizó.
Los votantes no estaban preparados para escuchar algo semejante.
"Y tampoco hubo decisión de hacer un service a la paridad 1 a 1, en el 96. Hubiera sido necesario hacer sintonía fina, como dijo alguna vez Cristina Fernández: aplicar política a la economía", se lamentó.
"En general, los políticos fueron poco sinceros a la hora de hacer esos balances, queriendo exacerbar lo positivo y tapar lo malo (o adjudicarle la culpa a otro)", admitió.
A continuación, el periodista y especialista en PR sintetizó por qué Alfonsín priorizó la democracia, por encima de las cuestiones económicas (a pesar de que la dictadura militar había dejado una situación catastrófica).
Al analizar el fenómeno Milei, sostuvo que "es una reacción a la creciente participación del Estado, como consecuencia de una demanda social fuerte".
"Revisar los dos primeros años del gobierno de Carlos Menem, de 1989 a 1991, nos permitió ver que hubo sendas hiperinflaciones y el Plan Bonex. Hasta que llegó Cavallo. Imaginemos qué pasaría hoy si tuviéramos dos años más con una situación similar a la actual", pensó en voz alta.
Y destacó el papel que jugó el propio Menem en esa época: "reconstruyó la conversación pública: jugaba al fútbol, iba a programas de TV. Cambió la comunicación y, de esa forma, cambió el clima".
"Uno de los aprendizajes que nos quedó es que, en los momentos de crisis, las opciones son pocas. Quien asuma el 10 de diciembre, más o menos duro, deberá equilibrar las cuentas públicas y aplicar un programa de estabilización de la moneda, y de reactivación", concluyó.
"Dolarizar es una receta que tiene muchas contraindicaciones, como afirman muchos economistas. Y también es complejo desde el punto de vista de la comunicación, porque implica renunciar a una moneda propia. Es cierto que posee un aura mágica", sentenció Gabriel Llorens Rocha antes de despedirse de la charla #SinBarbijo con El Informatorio.
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