Muchos usuarios y clientes del servicio de gas natural por red parecen no haber tomado conciencia de que son responsables de las instalaciones internas y del funcionamiento de los artefactos.
Esto significa que, si algo funciona mal y hay un escape de gas o monóxido de carbono (que puede causar la muerte) en el ambiente, deben apagar los equipos y llamar de inmediato a un gasista matriculado para que revise cualquier anomalía.
El monóxido de carbono puede ser letal y cada usuario es responsable de prevenirlo.
En cuanto a los escapes de gas, si bien son menos habituales, siempre consiguen una amplia cobertura en los medios de comunicación. Las fugas se detectan por el olfato. Se siente olor a gas.
A contrario sensu, la mala combustión de las cocinas, calefones (el equipo más peligroso de acuerdo con las estadísticas), estufas y termotanques provoca monóxido de carbono (CO). Es un neuro necro tóxico, que cuenta con un alto nivel de
toxicidad en muy bajas concentraciones y en cortos períodos de exposición. Al ser inodoro, este gas es un verdadero asesino silencioso, como demuestran las cifras del gráfico.
Por eso, los especialistas de MetroGas, encabezados por el jefe del centro de Entrenamiento Técnico, licenciado Fernando Gruttulini, y el instructor y arquitecto Damián Bustamante, organizaron una capacitación para periodistas, con el propósito de generar mayor conciencia sobre estos peligros y brindarles herramientas para que lo comuniquen a sus audiencias.
Durante esa charla, surgió el problema cultural de que los usuarios y consumidores desconocen o no toman dimensión de que cualquier deficiencia dentro del hogar debe ser examinada y reparada por un gasista matriculado (el mismo que debe hacer cualquier instalación o arreglo interno), ya que la responsabilidad es particular.
La empresa distribuidora solo debe responder por lo que sucede en la red de gas hasta el medidor de cada domicilio.
MetroGas o cualquiera de las compañías, o sus representantes, no están autorizados a recomendar gasistas.
Sin embargo, en las páginas webs de cada distribuidora, se publica un listado de profesionales habilitados a modo de orientación para los clientes.
Si ya se dijo que el monóxido de carbono no se puede detectar con el olfato, ¿cómo se pueden prevenir eventuales siniestros e incluso la muerte?
Los expertos recomiendan prestar atención a un par de factores clave. Por un lado, la llama de los equipos a gas debe ser azul, como el logo de MetroGas. Eso significa que la combustión produce anhídrido carbónico y vapor de agua.
En el supuesto de que la llama se torne rojiza o amarillenta, la señal de alarma debe sonar en la cabeza del usuario. La combustión produce monóxido de carbono. Y la salud y la vida de quienes habitan en la casa corre peligro.
Hay que apagar de inmediato el artefacto y convocar a un gasista matriculado para que lo revise y repare.
Asimismo, MetroGas comercializa en su portal un detector de gas natural y monóxido de carbono, que funciona con corriente eléctrica, y previene cualquier acumulación de CO o fuga.
También se puede detectar el monóxido de carbono por los efectos que provoca, aunque sería mejor apreciar qué sucede con la combustión, y si las paredes acumulan manchas de hollín sobre las estufas, por ejemplo.
Como se dijo este gas no es detectable a través de los sentidos -no tiene olor, sabor ni color y
tampoco produce irritación en los ojos o la nariz-. Los síntomas de la exposición al
monóxido de carbono se presentan como dolor de cabeza fuerte, vómitos, mareos,
cansancio o somnolencia, dolor en el pecho, alteraciones visuales e incluso
desmayos.
A esta intoxicación se la conoce como una enfermedad simuladora, ya que
comparte signos y síntomas con la gastroenteritis y con distintas afecciones cardíacas
o neurológicas, lo cual puede confundir el cuadro a la hora del diagnóstico por parte
del médico. Y en estos tiempos de pandemia y de síntomas confusos hay que estar
muy alerta, según advirtieron desde MetroGas.
Resultan de suma importancia tomar medidas de prevención. Sobre todo, mujeres
embarazadas, lactantes, niños pequeños, personas mayores y las que sufren de
anemia, problemas del corazón o respiratorios, quienes pueden ser mucho más
sensibles al monóxido.
Ante la sospecha de intoxicación por monóxido de carbono, se recomienda retirar a
los afectados del ambiente contaminado a un lugar donde puedan respirar aire
limpio y fresco, y llamar a la ambulancia de inmediato.
Si es posible, procurar abrir
puertas y ventanas, así como apagar la fuente emisora de monóxido de carbono. Si el
paciente está inconsciente, hacerle RCP hasta
que llegue el auxilio.
El tratamiento de una persona intoxicada es el oxígeno.
Para liberar al paciente del
monóxido de carbono en caso de intoxicaciones agudas, se requieren, según el
estado del paciente, 6 horas de respiración en un ambiente libre de CO, 80' con oxígeno a 100 % y máscara con reservorio -del que se suele recibir en la ambulancia-, 60' cuando
son intubados en terapia intensiva en los casos graves, o solo 23' en caso de que pudiesen ser
trasladados a una cámara hiperbárica.
miércoles, 19 de agosto de 2020
Los usuarios de gas natural son responsables de prevenir muertes por monóxido de carbono
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