La industria de juegos de azar y de entretenimiento genera gran cantidad de empleados directos e indirectos (sólo los bingos bonaerenses promovieron 14 mil puestos de trabajo), y fomenta el turismo. Además, recauda fondos que engrosan las arcas del Estado para atender fines específicos, sociales, culturales y educativos.De eso, El Informatorio ya se ha ocupado en varias oportunidades, gracias a entrevistas con Guillermo Gabella, presidente de la Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar (ALAJA).
Por supuesto, los casinos, loterías y otros centros de esparcimiento presentan un costado problemático, la ludopatía: que, según los especialistas, deriva de circunstancias personales y que, por lo general, esconde algún trastorno de la ansiedad que se manifiesta o se precipita a través de las apuestas.
La entidad que dirige Gabella asumió el papel que le toca en esta espinosa materia.
Así como sucedió con el juego clandestino -que perjudica al Fisco y a la comunidad en general por la evasión impositiva, y la consiguiente falta de dinero para sostener escuelas y hospitales públicos-, o con el lavado de dinero, ALAJA tomó el compromiso de abordar los conflictos que rondan la actividad, analizarlos y desplegar tareas de prevención, y, en este caso, se ocupó de los jugadores compulsivos, mediante el Manual de Juego Responsable para los Empleados de la Industria Latinoamericana del Juego.
Este libro, que ya está en manos de los empleados del sector, fue preparada por los reconocidos médicos psiquiatras Julio Angel Brizuela y Alfredo Horacio Cía, autores de textos académicos y miembros de las más destacadas organizaciones de la psiquiatría regional.El manual recorre desde los orígenes del juego hasta el entrenamiento del personal de casinos y otras casas de apuestas para ayudar al jugador inmoderado, pasando por las causas que llevan a la enfermedad y las formas de reconocer a quién la padece. Por supuesto, la obra pone la lupa en la patología, quienes la sufren y el entorno familiar.
En definitiva, se trata de un valiosísimo aporte en materia de RSE por parte de quienes representan a los principales players de los juegos de azar en LatAm, y con el prestigioso aporte médico de Brizuela y Cía que permite capacitar a las fuerzas laborales en el denominado juego responsable.
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