La escritora María Magdalena presentó Spleen, el primer libro de su autoría, publicado por Editorial Letra Viva, como parte dentro del catálogo Narrativa, en el Museo del Libro y de la Lengua, CABA, tal cual anunció esta misma página.
Con prólogo del psicoanalista y escritor Luciano Lutereau, la portada cuenta con una ilustración, Baño de inmersión, de la artista plástica Carolina Ferrari.
El volumen, una colección de poemas de desgarradora profundidad, fue comentado en el evento inaugural por los psicoanalistas Leonardo Leibson y Nicolás Cerruti, a quienes acompañó la autora para compartir con el público sus impresiones sobre el proceso creativo. Con este texto, María Magdalena obtuvo el primer premio del Concurso Literario UCES (convocatoria 2013), cuyo jurado estuvo integrado por Ariel Idez, Marina Guersberg y el mencionado Lutereau.
Cerruti, que es además coordinador de Literatura del portal El Sigma, se refirió al indisimulable carácter autobiográfico de Spleen y al riesgo asumido por la escritora al "hacerse carne con las palabras".
"Aunque en algún momento crean apropiarse del libro -advirtió Cerruti a la audiencia-, tarde caerán en la cuenta de que fueron zampados por ella", no sin dolor.
Al igual que el cuadro de Carolina Ferrari, "la palabra de María Magdalena es una proyección de imágenes que bien pueden servirnos para retratar múltiples encuentros con nuestros seres queridos". Spleen "grita un sí a la melancolía, que en estos tiempos es un golpe violento, desesperado, un acto de una fuerza atenazante que, sin embargo, a María Magdalena no la amordaza", opinó.
"Las suyas son las palabras del adiós", planteó Cerruti. "Las del final y las del más final. Ella roza con la palabra el olvido, descose el deseo, mata a todas las reinas de este reino absurdo, y lo hace dispuesta a perpetuar un duelo, que quizás sea el que más duele: el duelo por amor", concluyó.
Leibson -además de psicoanalista, docente e investigador de la UBA- destacó el texto en tanto disparador de la escritura entre quienes lo abordan. Lanzado a una exégesis de la palabra que le da título, la describió como "un duelo que se desliza sobre huellas visibles y marcas invisibles", un territorio ya transitado por Baudelaire y Alejandra Pizarnik, pero sobre todo por Edgar Allan Poe.
"Este Spleen -arriesgó Leibson- tiene en su esencia forma de duelo. Pero no habla de la ausencia, de la pena por el ausente, de las lágrimas derramadas. No dice generalidades, sino que habla de una ausencia precisa y hace que esa ausencia le dé su cuerpo a lo que se hace poema".
"Un libro armado con huellas", sintetizó. "Algunas muy tenues, apenas vestigios de lo que pasó: un pliegue en la sábana, brisas fugaces, sonidos pequeños que quedan retumbando. Huellas profundas, sentidas, dolorosas, aunque no todas. Un libro con ritmo de tango", agregó. Construye la obra, según el comentarista, un diálogo amoroso en el que también se mezclan la culpa, la vergüenza, confesiones discretas y "definiciones quirúrgicas por su precisión, que albergan pedidos desesperados".
A criterio de Leibson, la de María Magdalena es "una poesía que está viva, que me gusta, que nos gusta, y que a la vez gusta de nosotros, nos saborea, nos digiere. No es un libro de psicoanálisis, sin duda, pero tiene la poesía que el psicoanálisis puede aportar por el solo hecho de darle un lugar al lenguaje y a la lengua".
¿Si está bien escrito?, se interrogó a sí mismo. "Sí lo está, porque escribir bien es escribir un texto que sea muchos, es hacer respirar la tinta sobre el papel, es hacerle honor al silencio blanco, al agujero de la pantalla vacía; es hacer también que otros escriban, y este libro lo consigue", señaló.
A su turno, María Magdalena confió su antigua creencia de que nunca podría ser escritora, ya que sistemáticamente vuelve la mirada sobre cuestiones como "la espera, los pensamientos ruines, el insomnio". Sin embargo, admitió que fue justamente el fenómeno de la repetición lo que le permitió dar vida a este libro fundado en esos mismos tres pilares.
"Spleen es también sobre el amor. No un libro de amor sino un libro sobre el amor, sobre un estado particular del amor que nada tiene que ver con lo exultante y vital del enamoramiento"., confesó. Con referencias al rol fundamental de la familia en su viaje iniciático al mundo de las letras, concluyó, citando a Pizarnik: "siempre vendré si el amor llama".
El acto comenzó con la proyección de un audiovisual basado en los textos del libro, producido y protagonizado por la actriz Pilar Boyle y la propia María Magdalena. Un trabajo que entre tules y encajes, en la distancia inevitable que impone el blanco y negro, condensa los deseos, las ausencias, la espera, el tiempo y el "odio lleno de verdades" que la autora supo poner en palabras en su primer libro de poemas.
Foto principal: Leonardo Leibson, María Magdalena y Nicolás Cerruti durante la presentación de Spleen en el Museo del Libro y de la Lengua.
lunes, 31 de marzo de 2014
Con intelectuales, María Magdalena presentó Spleen, libro ganador del Concurso Literario UCES
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