"Para nosotros, ser responsables va más allá de cumplir simplemente con las normas legales establecidas, es nuestra forma de ser y de superar, siempre que podemos, los requisitos solicitados. Ser una empresa responsable es tener una coherencia de actuación interna y externa", comentó Fernando Hofmann, director de Asuntos Legales y Corporativos de Kimberly-Clark LAO – Región Austral, "y comprometerse con el desarrollo del país tanto a nivel económico como social y ambiental", concluyó.
Fuertemente comprometida con el desarrollo social y económico del país, la compañía cuenta con más de 1.300 colaboradores y mantuvo un crecimiento sustentable de sus ventas, en torno a $6.457 millones en 2016.
En su noveno Reporte de Sustentabilidad, comparte la estrategia de focalizada en cinco prioridades: Impacto social, Bosques y Fibra, Residuos y Reciclaje, Energía y Ambiente, y Cadena de Valor. El informe fue elaborado de conformidad con la Guía G4 del Global Reporting Initiative – GRI, en la opción "exhaustiva".
El memo incluye un análisis de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), aplicables para Kimberly-Clark. Durante 2016, Kimberly-Clark continuó el proceso para contribuir al desarrollo sustentable e inició el análisis y evaluación de los 17 objetivos que planteó la ONU en su Agenda Global.
Durante el año pasado, las iniciativas de inversión social alcanzaron a más de 150.000 beneficiarios, enfocadas en el eje de Salud y Educación.Además, 599 voluntarios reforzaron su compromiso con la comunidad, participando de un total de 7 convocatorias de acciones realizadas junto a la Fundación Caminando Juntos.
Desde el eje Salud, la compañía no solo buscó trabajar en atención médica, sino en prevención y educación. Así, desde hace 10 años, apoya, en alianza con la Facultad de Biomédicas del Hospital Austral, el desarrollo de una Posta Sanitaria, al ofrecer una atención médica humanizada y de contención, contribuyendo a mejorar el nivel de salud individual y colectiva de la comunidad de más de 250 personas del barrio Las Lilas, de Pilar.
Desde 2007, ya se registraron 1.473 historias clínicas, 31.054 consultas médicas y se dictaron 157 talleres con una llegada a 2.813 beneficiarios. Asimismo, en 2016 –en conjunto con el Proyecto Agua Segura y la Municipalidad de Pilar–, se llevó agua segura a más de 2.500 chicos de siete jardines infantiles de Pilar, gracias a la instalación de ocho filtros potabilizadores.
Mientras que, desde Educación, y por segundo año consecutivo, se trabajó –junto a Asociación Conciencia y los ministerios de Educación bonaerense y porteño- en el programa InnovaTEC: un concurso que identifica y premia prácticas innovadoras realizadas por el cuerpo docente en escuelas técnicas.
En las dos ediciones, superó 250 escuelas, con 75 participantes. En la búsqueda de alcanzar las mejores prácticas ambientales, la compañía identifica, evalúa y mitiga la gestión de recursos y riesgos para que sus operaciones cumplan con las regulaciones locales y, en lo posible, las excedan.
- Residuos: en 2016, se extendió a 2022 la meta de no enviar más residuos productivos a relleno sanitario, trabajando sobre la planta de San Luis, donde consiguieron reducir 12 % respecto del 2015. Mientras que la planta de Bernal (Buenos Aires) no envía residuos productivos a relleno sanitario. En estos momentos, se ubican en 94 % de residuos no enviados a relleno sanitario.
- Agua: alcanzaron un consumo promedio en 2016 de 19,6m3 de agua por cada tonelada de papel producida en la planta de Bernal. Se sigue trabajando en este objetivo y se expandió a 2022 de llegar a 10m3/tn.
- Energía y ambiente: se logró una reducción del consumo total de energía de 9 % respecto del 2015 (total plantas).
- Bosques y fibras: en la actualidad, toda la fibra virgen que se emplea para los productos está 100 % certificada por FSC (Forest Stewarship Council).
Como parte de la Visión 2022, Kimberly-Clark apunta a concientizar a los clientes sobre hábitos de consumo responsable, dando visibilidad a productos de bajo impacto ambiental y alto impacto social, y permitiendo a los consumidores decidir en función a lo que sea bueno para el planeta.
Un buen caso fue el de la marca de papel higiénico Scott, que invitaron a los consumidores a usar menos, a ser más responsables con el consumo del papel. Para ello, desarrollaron una línea con tecnología Smart Cut (o corte inteligente), que permite un corte más intuitivo del papel, y proporciona la cantidad ideal para una mejor higiene. También lleva estos conceptos a los más pequeños con su producto Scott Aprendizaje.
Además, en algunas de sus presentaciones, como la etiqueta de cuidado femenino Kotex, han incorporado un sello para que el consumidor pueda identificar que el packaging es 100 % reciclable.Por otra parte, se impulsaron distintas promociones junto a cadenas de supermercados para ayudar a dar visibilidad a los productos ecoamigables y de alto impacto social, y así facilitar la decisión de compra de los consumidores con productos que contribuyen a hacer una diferencia.
En el país, Kimberly-Clark cuenta con 5 líneas de negocio con 6 marcas en total y productos de alta calidad en diferentes presentaciones, además ha logrado mantener un crecimiento sostenido gracias a su estrategia de innovación, inversión y gestión sustentable. En 2016, las ventas superaron $6.457 millones.
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