viernes, 23 de diciembre de 2011

La rabia cuenta a través de 26 historias de vida, incluida la de Ivan Heyn, que pasó de 2001 a 2011

De manera original y con un relato atrapante, La rabia (y todo lo que vino después) repasa de la mano de 26 historias de vida, organizadas en grupos de vidas paralelas, qué desencadenó en la Argentina, y sobre todo en los argentinos, el estallido social de diciembre de 2001.

Y qué sucedió desde aquel fatídico acontecimiento, con varias decenas de víctimas de la represión, la caída de una gobierno constitucional y los cacerolazos y el grito de "que se vayan todos".

El libro del periodista Rodolfo González Arzac, que editó Sudamericana (Random House Mondadori), logra reunir conmovedores testimonios de sobrevivientes de aquella masacre de hace 10 años; luchadores sociales; dirigentes políticos (incluidos, el vocero del presidente renunciante, el propio Fernando de la Rúa y Luis Zamora, entonces fascinado con las asambleas populares y fugaz figura en ascenso); colegas que cubrieron aquel proceso histórico; y trabajadores de fábricas quebradas por sus dueños y recuperadas por el personal.

Sin duda, uno se detiene en tres nombres: Pablo Ferreyra, hermano del joven del PO asesinado el 20 de octubre de 2010 por una patota del sindicato ferroviario, pocos días antes de la desaparición de Néstor Kirchner; y los de Leonardo y Alberto Santillán, hermano y padre, respectivamente, de Darío, fusilado por la Bonaerense el 26 de junio de 2002.

Y no puede soslayarse, por la actualidad, que el autor incluyera entre los personajes a Iván Heyn, subsecretario de Comercio Exterior del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, muerto el martes 20 en Montevideo.

Leer la semblanza que traza González Arzac sobre Heyn, un joven que pasó de hacer artesanías y recorrer Latinoamérica a estudiar Economía, militar en una organización de alumnos independientes, acercarse al kirchnerismo, asumir como funcionario de Felisa Miceli, y convertirse en un joven brillante de La Cámpora, resulta emocionante.

La rabia invita a la reflexión y a recordar una etapa que marcó un cambio en la Argentina. Y que introduce una forma novedosa de repasar acontecimientos y consecuencias. Un valioso aporte de este meritorio trabajo de González Arzac, que debe ser leído por actuales y futuras generaciones.

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