Estos proferionales convirtieron el antiguo Asilo de la Ciudad en centro cultural.
La renovación arquitectónica intensificó la variedad cromática ya existente en el predio de la Recoleta.
Para la fachada el tono seleccionado fue el rojo pompeyano, vinculado con el Nápoles natal de Testa, que buscaba llamar la atención del público y poner énfasis en una impronta contemporánea para el destino otorgado al edificio.
Joaquina Testa, hija de Clorindo, evocó los orígenes de aquella decisión: "Esos colores están relacionados con los viajes de mi padre por Italia y con la visita de las ruinas de Pompeya, donde quedaron unos frescos que tienen ese rojo. Y por el otro, tiene que ver también con un elemento bien argentino".
Maximiliano Tomas, director del Centro Cultural, reflexionó que "Estamos felices de haber podido encarar la restitución de los colores originales de la fachada del Recoleta, una de las demandas más resonantes de los vecinos del barrio y de la comunidad artística".
"Estos colores fueron elegidos por la tríada de arquitectos y artistas que le dieron origen al centro cultural. Honrar la historia de un espacio como éste, que se destaca por sintetizar vanguardia y tradición, es una de las ideas principales de esta gestión", concluyó el funcionario.
El Recoleta se puede visitar, con entrada libre y gratuita, de martes a viernes de 13.30 a 22, y sábados, domingos y feriados de 11.15 a 22.
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