Desde el comienzo Tinker Bell: Hadas al rescate, que se estrenará el 2 de setiembre en los cines argentinos, impacta por la inmensa paleta de colores pastel que se despliega en la pantalla, e invita a dejarse llevar a un mundo de ensueño.
Con producción ejecutiva del doble ganador del Oscar, John Lasseter, director creativo de Pixar y Disney Animation Studios, la tercera película de la saga Hadas ofrece una historia ideal para disfrutar junto a los pequeños de la familia, y en particular con las niñas que quedarán fascinadas por el mundo de fantasía e ilusión, propuesto por Tinker Bell y sus amigos.
La protagonista establecerá un vínculo especial -en las afueras de Londres, a comienzos del siglo XX, según la ambientación del filme-, con la solitaria Lizzy, quien vive obsesionada con las hadas, en contraposición con su padre, un buen hombre que, dedicado a la ciencia (además de criar a su hija y atender contingencias de la vida hogareña), captura mariposas para estudiarlas y exhibirlas en un museo.
Por supuesto, la prolífica y encantadora imaginación de Lizzy chocará con la racionalidad del papá, y desatará conflictos y aventuras, aunque sin caer en golpes bajos: la ausencia de figura materna no parece provocar otro efecto que la necesidad de la nena por aferrarse a estas etéreas figuras femeninas que habitan su mente, así como sus juegos y dibujos. Y que, finalmente, encarnan en Tinker Bell.
Con previsible final feliz, la producción de Disney cumple de manera acabada con el cometido de entretener y emocionar de la mano de este entrañable personaje que, tras surgir hace décadas en Peter Pan, cobró merecida entidad para deleite, sobre todo, de las espectadoras menudas.
jueves, 26 de agosto de 2010
Tinker Bell: Hadas al rescate invita a un mundo de ensueño, ideal para los más pequeños y las niñas
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