viernes, 25 de agosto de 2006

Política & Medios: a Roberto Lavagna, ¿hay que ponerle Coto? Una sugestiva confusión informativa


¿Qué pasaría con el acuerdo de precios entre el gobierno de Kirchner y empresarios si esta noticia, tal cual se publicó en el portal del diario rosarino, el decano de la Argentina, La Capital, fuera cierta?

Bajo el título "Para Coto, Lavagna "Es una alternativa superadora"," la web del matutino atribuye a la agencia Télam (¡qué escándalo!), el cable que comienza así: "El empresario Alfredo Coto dijo hoy que el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, aparece como una “alternativa superadora” tras el encuentro que compartió ayer con el ex funcionario y dirigentes justicialistas de la agrupación El General..."

Para quienes no lo saben la noticia alude en realidad a Alberto Coto, adlater político del ex ministro, y no al dueño de la cadena de supermercados que, tras criticar al Presidente de la Nación y ser reconvenido por K, debió volver sobre sus pasos hasta terminar en una típica postal de concertación en la Casa Rosada, a comienzos de año (ver foto). Por supuesto, Coto, el de las góndolas y no el ex diputado y asesor lavagnista, es uno de los sostenes del pacto que congeló precios de productos de primera necesidad, a instancias del oficialismo.

Es decir que, si la noticia fuera cierta, estaríamos ante un verdadero escándalo de consecuencias políticas y económicas de proporciones.

Ahora bien, ¿sería de malpensados adjudicar el error de "La Capital" al aliento político que se le brinda a Lavagna desde el multimedios que animan, entre otras marcas, el diario santafecino, y América TV? ¿Quienes son socios en este negocios? Daniel Vila, José Luis Manzano y Francisco De Narváez (foto), más Carlos Avila quien no se involucra en la lid Lavagna vs. Kirchner.
El peronista De Narváez, por supuesto, acompaña sin disimulo al ex ministro, y, para mayores precisiones, el radical Leopoldo Moreau, espónsor en la UCR de RL, es el encargado de RRII del canal de televisión. Cartón lleno.

Puede que la publicación -queda la duda- haya sido producto del apuro o de un redactor mal dormido... Puede suceder. Sea como fuere, suponemos que, a esta altura, el lapsus calami, confusión, operación o lo que sea, ya fue corregido.

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