A raíz de la pandemia, la competitividad aumentó y cualquier compañía que se quiera mantener vigente en el mercado tendrá que simplificar la manera de hacer las cosas, con el objetivo de facilitarle la vida a sus clientes, es decir, tener un servicio al usuario rápido, seguro y sencillo.
Dicha optimización y simplificación de los procesos encontró una aliada clave: la firma electrónica, la cual les permite a los usuarios suscribir, por ejemplo, un contrato para el alquiler de una casa, comprar un vehículo, abrir una cuenta bancaria o dar una autorización escolar, sin tener que salir de casa o desde la oficina.
Al finalizar cada flujo de firma, el remitente recibirá el documento con las rúbricas respectivas, sin permitir cambios y con una declaración de la identidad del suscriptor, que Adobe Sign garantiza de principio a fin.
Con Adobe Sign, las organizaciones redujeron sus procedimientos y tiempos de respuesta de forma sustancial.
Una compañía de alquiler de autos y gestión de flotas pasó de tener un promedio de tramitación de cada contrato de 23,5 días a 4 días y 2 horas, es decir, logró una reducción de 83 % en los plazos de procesamiento. Lo que, en conclusión, significa que hoy es una empresa más eficiente.
"Los procesos de firma electrónica, que se configuren de forma adecuada, serán más fáciles de implementar y cumplirán con los requisitos legales y de seguridad, que muchos de los procesos empresariales que conocemos actualmente. Las firmas electrónicas implican mayores exigencias técnicas, pero, a su vez, ofrecen un método de autenticación avanzado que se ajusta a normas altamente reguladas y estrictas", señaló Eduardo Jordao, Senior Channel Account Manager de Adobe.
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