El autor del libro Remoto, Inc.: cómo prosperar en el trabajo... donde quiera que estés disertó en la conferencia de bancos centrales e instituciones oficiales, invitado por el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR).
"No debe existir una misma política de trabajo remoto para todos dentro de la misma organización. La razón es que las responsabilidades y las necesidades de oficina de las diferentes áreas de un negocio son distintas. No se trata de que el jefe de turno sea el que establezca las reglas del juego, ni mucho menos cada individuo. Lo mejor es que la decisión sea tomada por los equipos funcionales e incorpore cinco elementos: Función, Ubicación, Organización, Cultura y Agenda", aseguró el profesor Pozen.
A criterio del catedrático, resulta indiscutible, en todo caso, que todo extremo es "vicioso".
Obligar a la gente a ir a la oficina porque sí puede afectar la moral de un equipo, que encontró durante la pandemia las bondades del trabajo a distancia.
Por el contrario, permanecer para siempre en la virtualidad trae costos, que van desde la dificultad de construir objetivos comunes hasta el fortalecimiento de la sensación de permanencia. Esa que se construye durante la pausa del café o la conversación informal en el corredor, aseguró Pozen en el encuentro de FLAR.
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