martes, 8 de abril de 2008

F. Vaccarini: “Leer es placer pero requiere esfuerzo" (reflexiones sobre literatura infantil - I)

Hay interés editorial en la publicación de libros para chicos, y desde luego esto es así porque hay un mercado que los demanda”, asegura Florencia Gattari. Y Franco Vaccarini (©foto: gentileza Ediciones SM) agrega: “es un buen momento, hay mucha producción y se venden más libros, lo cual indicaría que hay más lectores que hace unos años”.

Ambos escritores, que comparten, además, el privilegio de haber obtenido el Premio Barco de Vapor de Ediciones SM, participaron de un reportaje por correo electrónico sobre literatura infantil-juvenil que se edita en 2 partes (la segunda se puede leer haciendo click aquí).

“La verdad es que ahora los chicos leen bastante más que cuando yo era chico, por ejemplo, en la década del 70”, reflexiona, sin duda, Vaccarini, autor de más de 17 títulos publicados, y no sólo de literatura infantil o juvenil, aunque desde 2001 se dedica a este género.

Gattari, licenciada en Psicóloga, apunta que “les cuesta la lectura silenciosa y tienen poca capacidad de concentración”.

“Yo evito, cuando voy a una escuela, hablar a los chicos con frases hechas, nunca hablo del placer de la lectura”, admite Vaccarini. “Ojo, es verdad que leer es placentero, pero luego de un entrenamiento, es un placer que se conquista con esfuerzo, si hablás de placer antes de tiempo es probable que el potencial lector se sienta desconcertado”, agrega.

Y concluye FV “los buenos libros tienen un secreto, los mundos imaginarios de la literatura comparten el espacio abstracto de los sueños y las pesadillas, es como agregar una dimensión más al mundo que llamamos real, nos ofrecen la conquista de otras realidades. Pero ese pequeño secreto debe ser revelado en forma individual, por medio de la práctica”.

Primero, presentemos a los invitados on line de El Informatorio:

Florencia Gattari nació en 1976, en la ciudad de Buenos Aires. Estudió Letras durante 3 años, se fascinó –según ella misma confiesa- con el griego, y terminó en Psicología, carrera en la que se graduó.

Incansable, ahora se inscribió en el Profesorado de Castellano, Literatura y Latín del Joaquín V. González, donde sigue “un cómodo ritmo de dos o tres materias por año”.

Dentro de la psicología, se dedica al psicoanálisis, y trabaja sobre todo con chicos y adolescentes. “Hacer clínica me gusta mucho y escribir también”, sostiene así que –suponemos, y Florencia asiente- seguirá con sus vocaciones simultáneas en el futuro.

El año pasado, Gattari obtuvo con su obra Posición Adelantada el Premio El Barco de Vapor, de Ediciones SM.

Más experimentado en el mundo de los libros al cual se dedica full time, y en la vida misma –aventaja en 13 años a su colega-, Franco Vaccarini ganó esa misma distinción en la edición 2006, con La noche del meteorito.

Es oriundo de Lincoln, provincia de Buenos Aires. Desde los 20 se radicó en Buenos Aires. Es subdirector de la revista de cuento latinoamericano Mil Mamuts .

Prolífico, Vaccarini publicó novelas, cuentos, relatos y obras de teatro en SM, Estrada, Cántaro Ediciones, Crecer Creando, Amauta y Edebé, entre otros sellos.

A continuación, se transcriben los tramos salientes de la entrevista con ambos autores que se divide en 2 partes o posts.

Marcelo Mendieta: ¿Cómo describirían el escenario actual de la literatura para niños? ¿Los chicos leen menos que antes?
Franco Vaccarini: Es un buen momento, hay mucha producción y se venden más libros, lo cual indicaría que hay más lectores que hace unos años; hay nuevas editoriales que junto a las tradicionales conforman una oferta más matizada. Esa afirmación de que cada vez se lee menos es absurda. ¿Se lee menos ahora que el 25 de mayo de 1810? ¿Menos que en la dictadura militar? ¿Menos que a principios del siglo XX, con altísimos niveles de analfabetos? La verdad es que ahora los chicos leen bastante más que cuando yo era chico, por ejemplo, en la década del 70.

Florencia Gattari: Creo que es un momento privilegiado porque hay interés editorial en la publicación de libros para chicos, y desde luego esto es así porque hay un mercado que los demanda. Aparecen todo el tiempo libros nuevos, y aunque que haya mucho no quiera decir que sea todo bueno, efectivamente hay a mi criterio obras valiosas. Hay hermosos trabajos también en ilustración, que antes no se veían tanto, y progresivamente va habiendo conciencia de que no son sólo los niños más pequeños los que disfrutan las imágenes; de que la ilustración también cuenta y no es puramente una apoyatura para las palabras.
Si los chicos leen, en fin... La verdad es que no manejo estadísticas sino apenas una mirada de los chicos que me rodean, que no son tantos ni representan una muestra tan heterogénea como para armar una respuesta solvente. Pero tengo una intuición, o quizás sea apenas un deseo.
Yo creo que sí, que los chicos leen. Ni tanto como nos gustaría, ni los libros que nosotros elegiríamos, claro. Además, les cuesta la lectura silenciosa y tienen poca capacidad de concentración. Pero también es cierto que entienden los formatos fragmentados o incompletos con gran habilidad, y que tienen una capacidad vertiginosa para desarrollar cinco, siete o veinte conversaciones por escrito al mismo tiempo.


M. M.: ¿A qué perfil de público están dirigidas sus obras? ¿Por qué escriben para niños? ¿Sólo se dedican a la literatura infantil?
F. G.: Creo, en primer lugar, que hay literatura, hay libros malos, y hay decisiones editoriales. Esto es: dentro del uso del lenguaje que constituye literatura –que, huelga decir, no es todo lo que hay escrito–, hay obras que una editorial decide incorporar a su colección “infantil-juvenil”. En este sentido, acuerdo plenamente con Ana Maria Machado, que dice que la literatura infantil sería, más que el conjunto de libros exclusivamente pensados para chicos, los libros que además (de los lectores adultos) pueden leer los chicos. El punto interesante, me parece, no es discutir si son o no son obras “infantiles-juveniles”, sino en todo caso asegurarse de que sean literatura. Por todo esto, mi preocupación al escribir es hacerlo lo mejor que puedo, pero no me siento una “escritora de libros de chicos” ni creo que el compromiso con la así llamada “literatura infantil-juvenil” sea nada distinto del compromiso con el lenguaje que requiere todo intento literario.

F. V.: Desde 2001 sólo publico libros en colecciones infantiles y juveniles. Antes publiqué dos libros de poesía y un libro de cuentos para "grandes" en el que hay signos claros de que era un escritor juvenil sin saberlo todavía. Con el tiempo sucedió una cosa genial: descubrí un camino propio, me caí de cabeza en una fuente o algo así, y no me fui nunca más. Hace un rato, una editorial me envió a casa mi última novela, no tiene ilustraciones, tiene una foto de un bosque nocturno en la tapa, es un libro para adolescentes; los hechos me demuestran que mis últimas novelas terminan en colecciones para adolescentes, pero el perfil del público lo dejo en manos de mis editores, yo no puedo elegir eso, no puedo elegir a mis lectores, es justo al revés. SM me publicará este año un libro en la serie Roja, recomendada para chicos mayores de doce años, una editorial nueva, Pictus, lo mismo... Yo sólo puedo escribir, puedo inclinarme como un zapatero a sus zapatos y hago los zapatos que puedo y que me salen, y los que me gusta hacer. Hay algo perturbador en que a un escritor "para chicos" se lo considere parte de un terreno provisorio, de un lugar del que debería desplazarse hacia la tierra firme de los libros para "grandes". Sucede todo el tiempo, es muy interesante. ¡Pero yo me siento bárbaro aquí!

M. M.: ¿Se puede vivir en la Argentina de la producción de libros para chicos? ¿Cómo se valora la literatura infantil nacional en el resto de Latinoamérica y en España?
F. V.: Vivir de la literatura en Argentina es casi imposible, eso quiere decir que hay una posibilidad, que no es totalmente imposible, hay que estar dispuesto a enfrentar lo "casi imposible" y pedir que soplen vientos favorables. Es una elección por ejercer un oficio a pleno, un oficio que tenés que amar, te tiene que gustar escribir. Es importante eso: te tiene que gustar escribir, no sólo ser un escritor. Porque hay escritores que no escriben, como dice Sabina en una canción. En cuanto a la valoración en Latinoamérica y España, a ver... Para empezar, no hay equivalencias en cuanto a las industrias: España se maneja en otra escala, aunque vivir de la literatura es difícil en todas partes, la diferencia es que si allá a un escritor le va bien, le va bien en serio. Después, está el caso de Brasil, por ejemplo, un país enorme del que conocemos poco. No soy un investigador, soy un lector casual de libros que azarosamente llegan a mí. En Latinoamérica todavía tenemos poca comunicación, poco intercambio de autores. Noto que algunas editoriales con filiales en diferentes países tienden a revertir esa situación, pero tímidamente... Con unos amigos editamos una revista de cuento, Mil mamuts, donde solo publicamos autores latinoamericanos, un chico del staff se preocupó por traducir a cuentistas brasileños, por ejemplo; hasta hoy publicamos cuentistas de todos los países, salvo Ecuador, pero Samanta Schweblin, que acaba de ganar el premio Casa de las Américas en género cuento y viajó a Cuba para un encuentro de escritores intentará traernos algún contacto ecuatoriano. Es difícil, a veces, encontrarse con los escritores de talento, están ocultos, mal editados, mal distribuidos y se pierden en el silencio, eso es algo que me apena, me apena los posibles Borges que mata la pobreza, la incomprensión, la falta de posibilidades... Me entristece que en ciertos países los escritores sean parte de la clase alta local, o diplomáticos, gente de mundo, está bien, no tengo nada contra eso, pero... ¿y los otros dónde están? Simplemente, no han podido asomar la cabeza. Mil mamuts no tiene que ver con la literatura infantil, es una revista para "grandes", te lo comento solo para confirmarte que el tema me ocupa de veras. A fines del año pasado un chico de Monterrey, en México, me escribió para preguntarme si podía ir de visita a su escuela, habían leído allí uno de mis libros…. ¡Y yo que más quisiera! Mi deseo es sentirme más cerca, viajar más, leer más, que vengan aquí.

(continua en el post siguiente)

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1 comentario :

Anónimo dijo...

la verdad q el libro es estupendo tiene un ralato divino....
les cuento q lo estoy leyendo con la escuela( polivalente) cap. sarmientoy estoy muy satisfecha del libro
les deceo muchisimos exitos a todos....
ah y me olvida esperamos a maria.f.gattari , por aca para q firme nusestros libros ya q en septiempre si no me equivoco va a concurrir a nuetro pueblo ....

besoss


iara---- cap. sarmeinto..