martes, 30 de enero de 2024

Consumo masivo: cómo subir la rentabilidad a través de productos financieros, por Marcelo Fondacaro

El desafío de la mayoría de las empresas no sólo es la atracción de clientes, sino también la fidelización de quienes ya los conocen y eligen. 

Cuantas más soluciones brinden mejor será la relación con los consumidores que, cada vez más, buscan resolver sus necesidades de la vida cotidiana de la forma más simple que se pueda. 

Desde pagar las compras del día hasta conseguir un préstamo vía celular, cuanto más a mano esté todo lo que necesita, más satisfecho estará el usuario. 

Como tendencia, vemos que hoy las grandes compañías de consumo masivo tienden a convertirse en plataformas multiservicios, que no pertenecen a un solo rubro sino que ofrecen una amplia gama de productos y servicios. 

Aquí entran en juego las finanzas embebidas, que permiten incorporar soluciones financieras en aplicaciones y en los procesos comerciales de entidades no bancarias. 

Las finanzas embebidas generan enormes beneficios para la empresa, el prestador de servicios financieros y el cliente final. Por ejemplo, a través de esta tecnología, la aplicación de una estación de servicio puede ofrecer a los usuarios tener dinero en cuenta, acceder a descuentos y promociones, a un sistema de puntos, o bien financiar el pago del combustible. 

Esto mismo puede ocurrir en otros mercados. Tanto retailers como empresas de telecomunicaciones, educación o salud pueden ofrecer distintos productos financieros, que le ahorran al usuario la migración a otras plataformas financieras. 

Pagos diferidos, cuotas, préstamos y seguros son algunos de los servicios financieros que puede proporcionar, por ejemplo, un supermercado. Sin embargo, la integración de servicios financieros no tiene sentido si no se garantiza la seguridad de las plataformas

Sabemos que, a diario, ocurren fraudes y estafas a través de billeteras virtuales, cuentas bancarias y hasta aplicaciones de chat. Por eso, al momento de incorporar tecnología financiera, cualquier compañía debe prestar especial atención a los mecanismos de seguridad y no hay mejor manera hasta ahora puesta en práctica que utilizar biometría si hablamos de seguridad de operaciones.

La biometría 3D específicamente es la solución más recomendada, porque es capaz de leer la tridimensionalidad de las facciones de un rostro y dar cuenta de que la persona está viva, y es quien dice ser. De esta forma, se puede validar la identidad de un usuario de manera segura, sencilla y en apenas segundos. 

Esta tecnología suele utilizarse para habilitar el ingreso a una aplicación a través del proceso de onboarding digital o para recuperar una cuenta tras el robo o pérdida del móvil, pero su potencial es mucho más amplio, otorgando un mayor valor a la herramienta de finanzas embebidas. 

Si pensamos en un supermercado, por ejemplo, el usuario podría usar su perfil biométrico para pagar su compra en línea de caja, o bien para validación de préstamos o pagos de servicios, todo desde una misma plataforma, donde se puede acceder de forma simultánea a fondos comunes de inversión o sistemas de puntos y promociones.

Este tipo de soluciones, innovadoras y con altos niveles de seguridad, permiten ir un paso más adelante, ya que apuntan de modo directo a mejorar la experiencia del usuario, con más agilidad y confianza. 

Por último, entendemos que hay un momento central en el uso de una aplicación: el ingreso, que comienza cuando el usuario descarga la app en el teléfono. 

Actualmente, el mayor problema que tiene el segmento retail en su transformación digital es la tasa de abandono de nuevos usuarios. Esto quiere decir que gran parte de las personas que empiezan el proceso de suscripción online, se encuentran con trabas y no lo terminan. 

En Veritran, con más de 18 años trabajando en la industria financiera, tenemos claro este índice y logramos tasas de conversión de 90 %, lo que significa que, de cada 100 personas que solicitan darse de alta, 90 terminan el proceso de manera satisfactoria y en apenas 3 minutos. 

Ya es un hecho, más que una promesa, el decir que las finanzas embebidas vienen a tender puentes entre el universo financiero y sectores como el retail que tienen la potencialidad, por su amplio flujo de clientes, de ofrecerles un ecosistema completo desde su modelo de negocio. 

Y lo ratifican los datos: según un estudio reciente realizado por Amazon Web Services (AWS) y Mambu, 86 % de las personas encuestadas estarían interesadas en comprar alimentos en tiendas sin cajeros, algo que ya sucede en el mundo y es tendencia. 

A su vez, 60 % de los encuestados pediría un préstamo estudiantil, a través de su institución académica en lugar de asistir a un banco. Algo similar ocurre con los ya frecuentes créditos Buy Now Pay Later (BNPL), que son financiamientos instantáneos en puntos de venta. 

El mismo informe afirma que, en 2030, el sector minorista representará 49 % del mercado financiero embebido.

Es inminente que las grandes compañías estén a la vanguardia, y adopten soluciones ágiles y seguras para atajar a tiempo las demandas de los usuarios. 

(*) El autor de esta columna es CCO de Veritran.

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