Como parte fundamental del Plan de Vida Sustentable de Unilever, que apunta a duplicar el tamaño del negocio al mismo tiempo que reducir el impacto ambiental a la mitad e incrementar el impacto positivo en la sociedad, la compañía consiguió mejorar la calidad nutricional de sus alimentos.
Desde 2010, a nivel mundial, Unilever redujo 25 % los niveles de sal en los alimentos, superando así el objetivo planteado (una reducción de entre 15 % y 20 %). De esta manera, 55 % del portfolio de alimentos ya cumplió con la meta en 2013.
Para 2020, el objetivo es que el 75 % del catálogo alcance los niveles de sal necesarios para cumplir con la recomendación de 5 gramos de sal por día de la OMS.
En el caso de la región Cono Sur, que incluye la Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, desde 2012 se redujo 15 % la cantidad de sodio en sopas.
Por otro lado, se comprometió a reducir las grasas saturadas de sus productos tanto como sea posible, aumentando a la vez los niveles de ácidos grasos esenciales.
A escala global, en 2013 82 % de sus productos de margarinas de aceite vegetal contenía no más de 33 % de grasas saturadas y para el año 2017, la compañía elevará a 90 % de su portfolio completo.
A su vez, en la región de Cono Sur, desde 2012 reemplazaron el aceite vegetal parcialmente hidrogenado por aceite de girasol alto oleico en los productos Knorr. De esa manera, se eliminaron los ácidos grasos trans.
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