Con el objetivo de contar con una propuesta nutritiva y accesible, Célula Cocina apuesta por ingredientes naturales y de calidad, sin comprometer el sabor, para mejorar la salud de los consumidores conscientes de lo que ingieren.
A partir de una cuidadosa decisión estratégica, Célula Cocina suprimió el azúcar de sus productos, y lo reemplazó por un endulzante natural, vegetal y sin calorías, derivado de las fibras de las plantas.
Este endulzante es apto para diabéticos y veganos, y tiene un índice glucémico muy bajo, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan mantener una dieta saludable sin sacrificar el sabor.
La marca, originaria de Buenos Aires, fue fundada con el propósito de transformar el mercado de alimentos saludables, y brindar alternativas con un alto valor nutricional.
"Célula Cocina nace con una misión clara: ofrecer alimentos que contribuyan verdaderamente a la salud de las personas, algo que, lamentablemente, no siempre ocurre en la industria alimentaria convencional", señaló Martín Ferraro, factotum de la marca que cuenta con una planta de producción certificada libre de azúcar y gluten.
Este enfoque llevó a la etiqueta a desarrollar productos que sean altos en proteínas, grasas saludables y bajos en carbohidratos.
"Fue un trabajo duro a nivel producción y fórmulas, pero creemos que esto nos genera un valor como marca y refuerza la cultura de los alimentos que generamos para el consumidor, que es lo más importante. Más allá de las tendencias de consumo actuales, en Célula, el foco siempre estuvo en hacer alimentos con alto aporte nutricional", concluyó Ferraro.
Con una inversión inicial de USD 200 000 en febrero de 2024, proyecta alcanzar una facturación de USD 1,5M en 2025.
Célula Cocina evalúa inversiones en maquinaria para aumentar la producción y expandir su distribución a otras provincias. En Buenos Aires, los productos están disponibles en comercios de cercanía, tiendas especializadas, supermercados y a través de la propia tienda online.
Célula Cocina dispone de una plataforma de 14 productos, que incluyen una línea convencional (alta en proteínas y grasas) y una línea keto (alta en proteínas y grasas y baja en carbohidratos), que son elaboradas con harinas propias de almendras, avellanas, lino y psyllium.
Esto asegura un control total sobre los insumos y una calidad estandarizada en los productos.
La marca creció rápidamente desde sus inicios en Palermo, donde comenzó produciendo para un pequeño local de pastelería.
Pronto, las cookies de avellanas y chocolate amargo se convirtieron en las más demandadas, lo que llevó a desarrollar el propio modelo de negocio, en procura abastecer a dietéticas y comercios.
Con la necesidad de expandir la capacidad de producción, Célula Cocina mudó su planta de producción a Chacabuco, donde armó una fábrica desde cero, con el cumplimiento de las habilitaciones necesarias para comercializar los productos a escala nacional.
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