"Veo la necesidad de que se inauguren aeropuertos, y de que vengan más líneas aéreas y cadenas hoteleras. La Argentina no llega a tener 1 % del turismo internacional, a pesar de que es el séptimo país en superficie y de que cuenta con lugares increíbles. A eso hay que sumarle un muy buen nivel cultural y la hospitalidad natural de su gente", reflexionó el empresario y ex diputado liberal (UCeDe) Alberto Albamonte.
En una charla con El Informatorio, expuso un mensaje muy alentador: "En 10 años, podemos alcanzar 5 % del turismo mundial. Los ingresos de divisas, en ese caso, podrían superar a los que genera el sector agropecuario".
La excusa para este encuentro virtual fueron los 25 años del Grupo Hotelero Albamonte (representante local de Howard Johnson y Days Inn), y los primeros meses de la gestión de Javier Milei: "¡Por fin, tenemos un presidente liberal!", exclamó el hombre de negocios.
"Me siento totalmente representado por sus ideas. Siempre lo he apoyado. No lo conozco en persona. El último primer magistrado liberal, con fuerza, fue el radical Marcelo T. de Alvear", historió.
Respecto de Carlos Menem, dijo sentirse "muy orgulloso de haber sido su amigo, incluso me casé en la quinta de Olivos en 1994. Fue un hombre de una visión asombrosamente realista, en especial, porque venía de un partido populista. Algo similar a lo que sucedió con otro gran mandatario, Arturo Frondizi. El primer gobierno de Menem fue muy bueno".
Consultado sobre los comienzos del grupo hotelero que encabeza, evocó que "En 1999, abrimos los dos primeros Howard Johnson en el país. Y, al año siguiente, fui creador de la carrera de Hotelería que hoy se dicta en siete universidades. La capacitación resulta fundamental"
"Tenemos 3.300 empleados (más 40 personas que trabajan en la sede corporativas), en 41 hoteles. Inauguraremos cuatro hoteles este año y hay 23 obras en construcción", resumió.
"La cadena que represento (Wyndham), la más grande del mundo, posee 9.300 hoteles en 90 países, cambió mi estatus de master franquiciado a socio estratégico, hace cinco años. Esto significa que puedo hacer hoteles en cualquier nación y utilizar las 23 marcas del holding", reveló Alberto Albamonte.
"Crecemos a paso firme porque mostramos resultados muy concretos, valorización de la inversión y profesionalismo, desde el primer momento. Me enorgullece decir que el equipo del Grupo Hotelero Albamonte es el más eficiente de la Argentina", enfatizó en la misma charla con El Informatorio.
En cuanto al flamante gobierno de Javier Milei, se mostró muy entusiasmado.
"No me preocupan las formas, sino el fondo. Sólo un hombre con mucho coraje y convicciones puede liderar el cambio. Tiene un fortísimo apoyo popular, pese a la disparada de los precios. Además, en el extranjero, lo ven casi como un segundo Messi", insistió.
"Siempre estoy a disposición de los ministros de Turismo y de los presidentes. Pero nunca pido nada al Estado", subrayó.
"Una de las causas de la decadencia son los empresarios prebendarios que, en lugar de preocuparse en competir y mejorar su oferta, buscan ayuda del sector público", criticó.
Acerca de las privatizaciones, sostuvo que todo lo que puedan hacer los privados deben pasar a manos de particulares, "siempre que asuman los riesgos y haya reglas de juego claras", sintetizó.
Por otro lado, apeló a "una ruptura ética y técnica, para que los funcionarios sean honestos e idóneos".
Refirió cómo influyeron en su vida Domingo Faustino Sarmiento y José Ortega y Gasset. Y, por supuesto, reivindicó la figura de Álvaro Alsogaray, fundador del partido, UCeDe, en el cual descolló el entrevistado, entre otras cosas, durante sendos períodos en la Cámara de Diputados, del 87 al 95.
"Uno de mis primeros proyectos impulsaba la eliminación del Banco Central, y volver a lo que hizo grande a la Argentina: la Caja de Conversión. Una moneda fuerte que no se puede falsificar es la base para el crecimiento económico", aseguró en sintonía con las propuestas de Milei.
"Y no lo digo sólo yo, que soy liberal. El socialista Juan B. Justo pensaba que era injusticia social que un trabajador perdiera el valor de su salario con el correr del mes. Parece que muy pocos izquierdistas lo leyeron", ironizó.
"Me retiré para trabajar en el ámbito privado. Me incorporé a la Corporación América -donde aprendí mucho de Eduardo Eurnekian-, y salí cuando ganamos la licitación de los aeropuertos", comentó.
"No quise cobrar la jubilación de privilegio como exlegislador. Era legal, pero -en lo personal- consideré que no correspondía", deslizó.
"Alsogaray prácticamente predicaba en el desierto. Era una herejía, entonces, hablar de un Estado chico y eficiente. Se metió en el barro de la política, si bien había intelectuales liberales como Alberto Benegas Lynch (h). Traté de emular al ingeniero y colaboré con los medios de comunicación, a nivel nacional y regional. Hasta tuve un programa de TV propio durante una década. En los comienzos, me acompañó ese enorme periodista como Daniel Hadad", declaró Albamonte antes de despedirse de la charla con El Informatorio.
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