De esta forma, se consolida como el mayor encuentro latinoamericano entre consumidores y productores responsables.
Uno de los atractivos principales para las familias fue la Isla de la Niñez, que ofreció talleres de cocina, de siembra, de lectura, pintura, títeres, juegos y más.
Este espacio estuvo signado por la propuesta de zafranito, hábitos honestos, una marca orgánica de alimentos para la infancia que nació con el propósito de combatir la obesidad infantil -según la OMS, representa el mayor problema de salud pública de este siglo-.
"Me encantaría que todas las personas que pasaron el portal y entraron con sus peques en la Isla de la Niñez se hayan llevado un nuevo hábito para incorporar a su vida. En zafranito, buscamos combatir la obesidad infantil y, para eso, promovemos buenos hábitos, esos que una vez descubiertos no queremos dejarlos más, como cuidar una huerta, cocinar en casa, leer, andar en bici, tocar un instrumento, practicar yoga o jugar al aire libre", expresó Nito Anello, cofundador de la etiqueta.
Y agregó que "La Bioferia fue una fiesta, un gran ejemplo de que la salida es colectiva, colaborando y tejiendo redes. Me encantó ver a tanta gente que se preocupa por averiguar cómo se produce y qué valores hay detrás de las cosas que compra".
En sintonía, Carolina Muñoz Agopian, de Experiencias Canguro, que estuvo en la isla zafranito con su espacio sobre crianza positiva, señaló que "Estoy feliz de haberme sumado, leyendo el cuento La Niña y la Enredadera, y con el taller con reciclados y recursos naturales.
En un lindísimo espacio al aire libre, pudimos hacer actividades vinculares y disfrutar el tiempo con las familias. Creo que, en definitiva, somos ese tiempo que brindamos y las semillas que plantamos".
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