miércoles, 21 de marzo de 2018

Belleza: cómo preparar la piel y el pelo para los primeros fríos, por María Belén Bazante (*)

En esta época del año, se suele restar importancia a los cuidados que debemos tener al exponernos al sol, a pesar que caliente menos y haga más frío, los rayos UVA y UVB son igualmente nocivos como en verano.

Además, el viento y el frío pueden perjudicar la piel, sobre todo en el caso de las pieles más finas y sensibles.

La piel cuenta con mecanismos de defensa, como las glándulas sebáceas que secretan aceites naturales, la mantienen fresca, tersa y suave.

A diferencia de la piel grasa, la piel seca es más fina y, por lo tanto, mucho más sensible al frío y a los cambios bruscos de temperatura.

Las cremas hidratantes para el rostro y el resto del cuerpo ayudan y potencian la protección propia del organismo.

El rostro y, en especial, los labios son los más expuestos a los cambios de temperatura. En el caso de los labios, se trata de una de las zonas más delicadas del cuerpo porque la piel que los contiene es más frágil, fina y no posee melanina, por lo que es necesario ser cuidadosos al exponerlos al frío.

La humedad natural de los labios tiende a evaporarse dejándolos mucho más secos y quebradizos de lo normal.

Las bajas temperaturas, el viento, la lluvia y la humedad también pueden afectar al pelo y modificar la estructura capilar. En invierno, el pelo suele perder su luminosidad, fuerza, tiende a encresparse y resecarse.

Las personas que tengan más pelo tendrán una mayor protección natural para combatir las bajas temperaturas, pero deben mantenerlo sano ante las adversidades del clima.

En ocasiones, la exposición a elevadas temperaturas y ambientes secos por el abuso de la calefacción suelen resecar el cutis y promueven el surgimiento de irritaciones porque la piel se vuelve mucho más sensible.

Tips para cuidar la piel y el pelo, a pesar de las bajas temperaturas:

. Es importante considerar que la piel no solo se protege cubriéndola del frío, también necesita precisa lípidos, esto es, cremas con componentes grasos, mejor si son naturales.

. Proteger la piel del sol. Aplicar a diario un buen protector solar que bloquee las radiaciones UV para evitar el envejecimiento de la piel, las arrugas, las manchas e incluso prevenir la posibilidad de un cáncer de piel.

. Hidratar las manos. Por su exposición, las manos sufren mucho durante el invierno, a la vez que los frecuentes lavados, y el recurrente uso de alcohol en gel, pueden irritarlas. Se tornan, ásperas incluso agrietarse. Una hidratación profunda y el uso de guantes para el frío resultan necesarios para prevenir el daño.

. Cuidar los labios. Es recomendable exfoliarlos una o dos veces a la semana, por la noche, y durante el día usar un protector labial con vitaminas, antioxidantes, mejor si tiene filtro solar.

. Nutrir y cuidar el pelo. Utilizar aceites capilares o mascarillas nutritivas durante la noche. En cuanto al shampoo y acondicionador, es preferible que sean naturales porque son más suaves, no tan agresivos y mantienen la protección lipídica del pelo, y permiten hacerle frente a las bajas temperaturas. Es mejor evitar el secador de pelo, utilizarlo a una distancia considerada para que no dañe el cuero cabelludo. En el caso del cepillado, utilizar un cepillo de fibras naturales.

. Evitar bañarse con agua muy caliente.

. Es fundamental una buena alimentación. La dieta diaria debe contener abundante y variada cantidad de fruta fresca, verduras y granos enteros, que ayudarán a mantener la piel en buenas condiciones durante todo el año.

. Consumir al menos 2 litros de agua por día.

(*) La columnista (MN 16799) es directora técnica de Natura Siberica Argentina.

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