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Se trata de "El paraíso", según palabras de la diseñadora Clara Ibarguren.
El azul mar se combina con el rojo frutilla y el naranja de las flores. Tampoco falta la clásica dupla blanca y negra en prendas combinadas.
El dorado realza formas lánguidas y las estampas incitan a viajar en un abrir y cerrar de ojos: rayados irregulares en azul y blanco; mosaicos típicos de la arquitectura griega; y pinceladas que remiten al mar y las flores del Mediterráneo.
El romanticismo de los volados invita a soñar y las transparencias aportan una sensualidad tenue.
El fuerte del verano lo componen pantalones anchos de distintos largos, con cinturas fruncidas y líneas limpias. Otro hit son los escotes con hombros descubiertos. Y las mangas de los tops y las túnicas se ensanchan, mientras aparecen volados y nudos que refuerzan la vibra romántica.
Sobresalen géneros como la bambula degradé, el guipure, botones dorados, puntillas, borlas de seda y tejidos crochet.
Los accesorios acompañan en materiales y colores, y como novedad llega el cinturón ancho de cuero.
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