
Voceros de la filial argentina de la compañía señalaron algunas claves para diferenciar los respiradores desechables de los barbijos o mascarillas de confort que no son útiles ante esta situación crítica:
Los respiradores están diseñados para ayudar a reducir la exposición respiratoria del usuario a contaminantes suspendidos en el ambiente y que pueden ser inhalados, tales como partículas, gases, vapores, hongos, bacterias o virus.
Los barbijos, en cambio, están diseñados para ayudar a prevenir la contaminación del ambiente de trabajo de partículas grandes generadas por el usuario (saliva) o para reducir el riesgo de salpicaduras o atomización de fluidos corporales de alcanzar la nariz o boca del usuario. Tampoco tienen atributos de filtración o retención para proveer protección respiratoria frente a los contaminantes que se pueden encontrar en el aire.

Los respiradores deben ser aprobados y certificados por algún organismo (en el caso de EE.UU. corrresponde NIOSH –Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional-, por ejemplo). Por el contrario, los barbijos no tienen exigencia alguna. Antes de comprar el producto, hay que corroborar que contenga su respectiva certificación visible en el mismo respirador.
Los respiradores de 3M se pueden comprar en casas de seguridad y ferreterías industriales y locales de retail. El precio oscila entre $5 y $10.
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