
La obra teatral de Silvina Chague, Kalvkött, carne de ternera, sitúa el drama de la persecución política y la difícil asimilación del exilio forzado, a poco de haberse producido el golpe militar de 1976 en la Argentina.
A diferencia de otras piezas, el texto no se regodea en sentimentalismos y tampoco cae en el lugar común de la argumentación ideológico o panfletaria. De esta forma, puede emocionar y cautivar a cualquier espectador que se haya visto afectado por la lejanía con uno o varios seres queridos, aún cuando esta situación fuera producto de progresos económicos, profesionales o sociales en países que ofrecen mayores oportunidades que el de origen.

La diferencia de lenguas, y las singularidades idiomáticas que llevan a la península escandinava otros refugiados de Latinoamérica, reflejan un conflicto cotidiano, pero profundo, de adaptación. O para ser más precisos: doloroso.
Aunque por momentos, gracias al texto de Chague, a la puesta de Corina Fiorillo, y a las contundentes interpretaciones de los 4 actores, el humor -como el episodio de la madre de María en la aduana sueca con las paquetes de yerba mate, o la recorrida por un mercado por la "socialista" Estocolmo en busca de peceto-, sirve de momentáneo cicatrizante a estas heridas culturales y sociales.
El amor también juega un papel predominante en Kalvkött. Aunque, por supuesto, no se limita al romance que surge entre Pieter y María, sino que muestra sus múltiples facetas como el incondicional cariño paterno-filial, y hasta el amor a las cosas, a los olores, a las costumbres, que no se puede enterrar.
Nora (Susana Di Gerónimo) y Abel (Alejo Mango) se lucen con gran solvencia y sensibilidad como los padres de María. Y viven en el escenario las vicisitudes que deben asumir los personajes, cómo pueden, cada uno a su manera, el dolor de la distancia forzada. Y la persistente y tierna ilusión del reencuentro inminente.
En la dirección de Corina Fiorillo se percibe un notable crecimiento, fruto de su infatigable búsqueda, su pasión por el teatro, y la comunión que logra con los intérpretes.

La directora impulsó el lucimiento del cuarteto y lo obligó en algunas situaciones al desdoblamiento en otro personaje secundario (por ejemplo, Rueda como agente de aduana o como la pareja de la hermana de María).
O montó 2 escenas simultáneas de gran impacto, tal cual sucede con la masa que golpean sobre la mesa la joven exiliada en un país de noche o días eternos, y su madre en una ciudad gris, triste, que sobrevive a una dictadura sangrienta. Uno de los momentos más conmovedores de la obra
Las fotografías de Estocolmo y Buenos Aires que se utilizan como fondo en las distintas escenas, así como la música incidental y la iluminación, resultan un invalorable aporte creativo.
Auspiciada por la Embajada de Suecia, la muy buena Kalvkött, carne de ternera, se puede ver desde el 19 de junio todos los sábados a las 21 y los domingos a las 20.30, en el Teatro del Nudo, Corrientes 1551.
Entradas: $50 (jubilados y estudiantes: $25).
Fotos: Soledad Ianni.
1 comentario :
Magnífica obra, por su texto, sus sa ctores y la dirección con su puesta en escena ,
Conmueve a todos los espectadores, porque de una u otra forma todos tenemos a alguien a quien extrañar.
La recomiendo muy especialmente.
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