viernes, 30 de mayo de 2008

Cartelera porteña: Lo que quedó es un magnífico retrato sobre personajes anónimos de posguerra

Son historias de posguerra, como bien indica el subtítulo de esta magnífica trilogía de obras cortas, Lo que quedó, que se ofrece todos los sábados a las 23, en el porteño Teatro del Pueblo.

Las autoras Patricia Suárez -responsable de los 2 monólogos sobresalientes que abren la puesta- y Adriana Tursi situaron la acción en la debacle del nazismo, pero los textos bien pueden aplicarse a cualquier caída de una dictadura, en cualquier tiempo y lugar, tal cual explica en el programa la directora, Corina Fiorillo.

Con los protagónicos a cargo de 2 veteranos y muy solventes actores, Susana Di Gerónimo y Alejo Mango, Lo que quedó conmueve, sacude pero nunca deja de aliviarnos con un guiño, una sonrisa, aún en medio de tanta desolación.

La precisa marcación de Fiorillo se nota con claridad en los monólogos: sentada en el banquillo, Di Girónimo se luce en Isolda muerta de Hambre, en una demoledora estampa de una mujer y madre sufrida, humillada y víctima de las debilidades humanas que esconden -o exponen- los conflictos bélicos. La composición produce ternura y, por momentos, mueve sentimientos encontrados, contradictorios, como casi todos los actos de quienes pasan situaciones límites.

(Corina Fiorillo, rodeada por Patricia Suárez y Adriana Tursi)

Mango despliega en escena su experiencia y talento. Puede hacernos derramar una lágrima o provocarnos una carcajada que parece fuera de lugar... Aún en los momentos más trágicos aparece el humor como un elemento catalizador, que espanta el miedo, la muerte. Sal y Ceniza es una perfecta composición de un hombre casi desnudo en todo el sentido de la expresión.

Cierra Los Huéspedes, de Tursi, con un tono perturbador, siniestro, que llevan muy bien este dúo de notables intérpretes.

Merecen destacarse también el diseño de iluminación de Soledad Ianni (habitual objeto de reconocimientos y responsable de las fotos que acompañan este comentario) y la escenografía y vestuario de Carlos Di Pasquo.

En Lo que quedó no hay héroes: nada más y nada menos que personas de carne y hueso, que sobreviven cómo pueden un drama que los tiene como protagonistas involuntarios, desvalidos; en el fondo, inocentes.

Informes y reservas al teléfono (011) 4326-3606 y en la sala de Pte. Roque Sáenz Peña (Diagonal Norte) 943.

Marcelo Mendieta

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