Algunos resultados revelan que, desde hace años, los jóvenes son quienes más padecen la precariedad y la desocupación en épocas de crisis.
Según el relevo, existe un total de 6.914.204 de población urbana joven (entre 18 y 30 años), de los cuales menos de la mitad (2.775.726) se encuentran ocupados. Y mientras 2.025.898 son asalariados, de este número 48 % (973.183) no están registrados.
El resto de la población urbana joven (4.128.413) son estudiantes (2.138.962), están desocupados (771.135), son ama/o de casa (812.564) u otros (405.752).
La desocupación en las juventudes es 4 puntos porcentuales más alta que durante 2019, y continúa duplicando la tasa urbana.
La pérdida de trabajos informales durante 2020 tuvo mayor incidencia en las mujeres, que representan 80 % de la caída del empleo no registrado, lo cual amplía la brecha de género ya existente en las tasas de 2019.
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