Además, uno de cada tres reconoce tener peor salud y control cardiovascular que el año pasado.
Hay una premisa insoslayable en esta pandemia: las rutinas de cuidados de salud entraron en una importante transformación.
Por un lado, el objetivo consiste en prevenir el COVID-19. Y, al mismo tiempo, la advertencia es que las consultas y estudios vinculados con el control de otras enfermedades y condiciones quedaron con fechas inciertas; y algunos hábitos que influyen en una mejor calidad de vida están en pausa.
"Desde el inicio de la pandemia, se observó una caída importante de las consultas, controles, estudios y procedimientos de salud diferentes al coronavirus (COVID-19). A pesar de que las instituciones y sociedades médicas realizaron un gran esfuerzo colaborativo para volver a brindar la atención necesaria, reportes recientes demuestran que el problema continúa", puso en contexto el doctor Marcelo Trivi, jefe de Medicina Cardiovascular de la institución.
En el marco del Día Mundial del Corazón, el ICBA Instituto Cardiovascular realizó una encuesta anónima a 6.000 pacientes para entender mejor cuáles son los problemas que enfrentan con su salud cardiovascular durante la pandemia.
"Los resultados son contundentes en todos los aspectos relevados y muestran una clara radiografía del panorama actual, dejando en evidencia aquellos daños colaterales al COVID-19 que son absolutamente evitables", anticipó el doctor Pablo Lamelas, cardiólogo intervencionista y profesor de investigación a cargo de la iniciativa.
Según la encuesta del ICBA Instituto Cardiovascular, uno de cada tres refiere que su dieta y su presión arterial está peor controlada que antes de la pandemia. Y dos de cada tres redujeron su actividad física, con un consecuente reporte en el incremento de peso.
Asimismo, 50 % percibe que solo consultaría si tiene síntomas severos. Este porcentaje es compatible con lo observado en los centros de salud, afirmaron portavoces del ICBA Instituto Cardiovascular.
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