miércoles, 1 de agosto de 2018

Salud: cómo descansar durante el embarazo, por el doctor Sergio Javier Paikovsky (*)

Las mujeres embarazadas necesitan tomar ciertos recaudos para transcurrir la noche. 

A continuación, se resumen algunos de los consejos:

- Evitar el consumo de bebidas con cafeína (café, té o gaseosas) cercanos a la cena, ya que actúan como estimulantes e impiden conciliar con facilidad el sueño. Solo consumirlas con moderación y hasta horas tempranas de la tarde. 

- Cenar liviano y no ingerir gran cantidad de líquidos (no obstante ello, la hidratación durante el día debe ser adecuada). Las comidas pesadas hacen que la digestión sea más difícil, lo que dificulta conciliar el sueño, a la vez que la ingesta de abundante líquido antes de ir a dormir hará que tenga que levantarse reiteradas veces a orinar y le impedirá que pueda dormir toda la noche y descansar de manera adecuada.

- Generar una rutina. Es importante respetar la hora de irse a dormir, lo mismo que la hora de levantarse.

- Realizar ejercicios relajantes, yoga o un baño tranquilizador previo a ir a dormir.

- Tratar de evitar acostarse a mirar la TV, usar la habitación y la cama para descansar.

No hay contraindicación para dormir en cualquier posición, la mejor durante el embarazo es de costado.

Cuando la gestación está avanzada, se recomienda dormir de esta forma, ya que si se duerme boca arriba la panza comprime la vena cava (el vaso que lleva la sangre desde las piernas al corazón), y puede experimentarse falta de aire porque bajó la presión, a la vez que esta posición puede también por compresión generar dolores de columna.

Mientras la panza lo permita, hay embarazadas que duermen boca abajo y no hay riesgo para el bebé, lo mismo que boca arriba al comienzo del embarazo.

Algunas mujeres se sienten más cómodas al colocar una almohada entre las piernas. Eso les permite acomodar la panza y lograr una mejor posición para dormir, a la vez que relajan la zona lumbar y mejoran sus molestias en la espalda.

Dormir del lado izquierdo ayuda a no presionar la vena cava, que oxigena y alimenta al bebé, pero también es real que no porque la embarazada duerma en otra posición le quita oxígeno y nutrientes a su hijo.

Aconsejamos, sobre todo, esa posición en aquellas pacientes que son hipertensas previas al embarazo o que cursan con hipertensión gestacional.

Ello favorece la descompresión de la vena cava, la mejor llegada de sangre a la placenta que en estas pacientes es importante porque al tener los vasos más cerrados por su enfermedad. 

Así, se asegura que llegue al bebé mayor cantidad de oxígeno y nutrientes, y se ayuda a bajar el riesgo de disminución del crecimiento del mismo.

¿Qué pasa con el bebé? El bebé en general se ubica en la posición que le resulta adecuada y, al estar rodeado de líquido amniótico, se encuentra acolchado y cómodo.

Si le molesta alguna posición, se cambia, no avisa, simplemente se mueve y adopta la que le resulte más placentera.

Quizá, las madres interpretan estos movimientos como avisos de que les molesta tal o cual posición, y está perfecta dicha interpretación.

Al final de la gestación, cuando el bebé está muy grande y todas las posiciones son incómodas, algunas embarazadas optan por dormir semisentadas.

La posición sentada no la recomendamos, porque no permite un buen descanso y genera dolores por contracturas, malas posiciones de la columna, etcétera.

Con respecto a las piernas, no hay posición en la cama que evite las piernas hinchadas. Sí, se puede mejorar un poco esa hinchazón, favorecer la reabsorción de los edemas, y colocar un par de almohadas o una frazada enrollada debajo de los pies, o bien agregar tacos a las patas de la cama para que las piernas queden más altas que la cabeza.

(*) El columnista (M.N. 90447 y M.P. 446394) es subdirector médico y jefe del Servicio de Obstetricia de Fundación Hospitalaria. Se especializa en Tocoginecología Alto Riesgo Perinatal. Fundación Hospitalaria está en Cramer 4601 (CABA), teléfono: (011) 4704-2300.

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