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Los espacios que componen Finnegans serán intervenidos con diversas acciones artísticas, que permitirán acceder a conceptos como la evolución del lenguaje digital y un acercamiento a la percepción del mundo a partir de las tecnologías que los seres humanos desarrollan.
La puesta en escena se impone como un proceso poético, en tanto proceso creativo propio del hombre. Distintos soportes serán vehículo de un evento mediatizado por la irrupción de las tecnologías en el desarrollo de la vida humana.
La impronta artística de Finnegans se proyecta a partir de su fundador, Blas Briceño (foto), actor y gestor cultural, quien consideró que el "conducir procesos creativos permite resolver los problemas que afrontamos, no desde un punto de vista exclusivamente técnico o profesional sino más bien abierto al encuentro de soluciones disruptivas o diferentes".
Para Briceño, los negocios precisan de "perfiles con connotaciones artísticas", dado que "el modo de hacer negocios viene cambiando al mismo ritmo que la tecnología, y exige una readecuación del proceso de negocio, con una forma de trabajo distinta y miradas más abiertas porque la tecnología está realizando un giro de forma tal que obliga a repensarse más gráficamente y con mayor frecuencia".
Y aclaró Briceño que "los perfiles con connotaciones artísticas son mejor valorados y más útiles para este contexto", porque "la transformación digital y las empresas están demandando figuras más creativas ante los cambios de negocios".
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