miércoles, 15 de noviembre de 2017

Salud: qué es y cómo tratar la EPOC, por la doctora Verónica Lawriwskyj (*), de Fundación CIDEA

Con motivo del conmemorarse el 15 de noviembre el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), resulta imprescindible tener en cuenta los siguientes aspectos:

. La EPOC es una enfermedad frecuente, prevenible y tratable que se caracteriza por síntomas respiratorios persistentes y limitación del flujo aéreo, causada por alteraciones de las vías aéreas o de los alvéolos, usualmente producidas por una exposición significativa a partículas o gases nocivos.

Por ejemplo, humo de tabaco, o de combustibles domésticos para cocinar y calentar, polvos, vapores, gases y otros productos químicos profesionales.

. La disnea (dificultad respiratoria) crónica y progresiva es el síntoma más característico de la EPOC. Es persistente y empeora característicamente con el esfuerzo. Tos crónica: puede ser intermitente y no productiva. Sibilantes recurrentes. Expectoración crónica: con cualquier patrón. Infecciones recurrentes de las vías aéreas inferiores. Antecedentes de factores de riesgo: factores del huésped (genéticos, anomalías congénitas/del desarrollo, otros). Antecedentes familiares de EPOC y factores en la infancia: bajo peso al nacer, infecciones respiratorias infantiles.

. Debe considerarse el diagnóstico de la EPOC en todo paciente que presente disnea, tos crónica o expectoración y/o antecedentes de exposición a cualquiera de los factores de riesgo de la enfermedad. Es preciso realizar una espirometría para establecer el diagnóstico; un cociente FEV1/FVC < 0,70 tras la prueba broncodilatadora confirma la presencia de una limitación persistente del flujo.

. La espirometría es la medición más reproducible y objetiva para la detección de la limitación del flujo aéreo. Es una prueba no invasiva y fácilmente accesible. Se puede realizar una espirometría de calidad en cualquier ámbito sanitario y todos los profesionales que atiendan a pacientes con EPOC deben tener acceso a su práctica.

. Resulta esencial un seguimiento sistemático de los pacientes con EPOC. Hay que controlar los síntomas, las exacerbaciones (aumento transitorio de la gravedad de un síntoma o de una enfermedad) y las mediciones objetivas de la limitación del flujo aéreo para determinar cuándo se debe modificar el tratamiento e identificar las posibles complicaciones o enfermedades concomitantes que aparezcan. Generalmente en pacientes estables, las consultas cada 2 o 3 meses es la práctica habitual.

. El tabaquismo es la exposición de mayor riesgo para la EPOC, pero también pueden contribuir exposiciones ambientales como los combustibles de biomasa y la contaminación atmosférica. Los pacientes con EPOC sufren más exacerbaciones y hospitalizaciones repetidas por causa de la contaminación ambiental. Además, existen factores dependientes del huésped (anomalías genéticas, desarrollo pulmonar anómalo y envejecimiento acelerado), que pueden predisponer a padecer EPOC.

. Es menos frecuente que los fumadores pasivos sufran EPOC. Se observa más que nada un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en los pacientes expuestos a tabaquismo pasivo.

. La posibilidad de desarrollar la EPOC es multifactorial. Asimismo, no solo se trata de la cantidad de años que fumó, sino también de la cantidad de cigarrillos por día. Si el paciente deja de fumar, puede presentar los síntomas años después, y al consultar por los mismos, tener el diagnóstico de EPOC.

. Cuando se diagnostica la enfermedad, lo primero que se debe realizar es la cesación tabáquica, que es la medida más importante a tener en cuenta. Luego, se disponen de distintas estrategias terapéuticas, la mayoría se refieren al uso de broncodilatadores de acción prolongada y, por supuesto, realizar ejercicio es algo beneficioso para el paciente. De hecho, se puede indicar rehabilitación respiratoria, para pacientes moderados y severos, que mejoran la tolerancia al ejercicio y la calidad de vida de los pacientes.

. Detectar la EPOC en forma precoz permite realizar la intervención terapéutica más importante que es que el paciente deje de fumar, y por otro lado, la medicación requerida ayuda a evitar las exacerbaciones y con ello mejorar la calidad de vida.

. La prevalencia en el mundo de la EPOC viene en aumento, principalmente por el crecimiento de la enfermedad en la población femenina. Si bien aún es más frecuente en hombres, en países desarrollados la causa de EPOC en las mujeres es el humo de tabaco, y en los países en vías de desarrollo se deben también a exposición de humo de biomasa (cocina a leña, por ejemplo). Las mujeres con EPOC también muestran un grado mayor de estrés psicológico y una sensación peor de control de los síntomas. Estos fenómenos se han asociado a un peor funcionamiento en las tareas sociales, una frecuencia mayor de exacerbaciones, estancias más prolongadas durante los ingresos y un incremento de la mortalidad.

. En el caso de las mujeres fumadoras, tienen mayor dificultad que los varones para abandonar el hábito tabáquico, aunque las que lo logran tienen mayores beneficios que sus pares masculinos.

. Los tratamientos actuales se basan predominantemente en inhaladores compuestos por broncodilatadores. Hoy existen en el mercado distintas opciones: algunos pacientes se benefician con el agregado de corticoides inhalados en grupos seleccionados, la oxigenoterapia en pacientes severos y con oxigeno bajo en sangre es parte de la terapéutica a evaluar en pacientes severos, y la rehabilitación respiratoria.

(*) La columnista es médica (MN 104815) y se desempeña como jefa del área de Neumonología de la Fundación CIDEA (Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias).

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