La vida de una mujer puede ser drásticamente distinta dependiendo de las distintas variables que la atraviesan, como es el caso de la cultura en la que se encuentra inmersa, su estilo de vida, su estado civil y sus gustos.
Sin embargo, hay un factor que afecta a todas: el rol que juegan las hormonas en los cambios de ánimo.
Los vaivenes hormonales en la mujer, aún más que en los hombres, se destacan por marcar el paso de los variados ciclos en su vida.
Desde el inicio de la pubertad hasta la menopausia, la población femenina experimenta cambios en sus cuerpos estrechamente relacionados con su sistema endocrinológico, y estas mismas fluctuaciones incluso pueden afectar el ánimo de la mujer. Esto se debe a que las hormonas determinan efectos en la acción de neurotransmisores, las moléculas que transmiten información de neurona a neurona, y estas inciden en el ánimo.
Ya en el comienzo de la pubertad, los niveles de las hormonas estrógeno y progesterona aumentan, y estas descargas hormonales tienden a causar las alteraciones emocionales.
Una vez iniciado el ciclo menstrual de 28 días, es común que la mujer experimente dos fases distintas en sus cambios de ánimo: la fase folicular y la lútea.
La primera corresponde a los días previos a la ovulación y se caracteriza por el predominio del estado de alerta, el deseo e instinto sexual a modo de estimular la fecundación. Justamente por ello, tiende a sentirse más atractiva y de buen ánimo.
En el caso de no producirse el embarazo, la segunda etapa se caracteriza por un aumento de la temperatura corporal, tensión mamaria, distensión abdominal, retención de líquidos, tránsito lento y costipación, sequedad genital, labilidad emocional y cambios en el apetito.
Hacia los 45 años comienza la menopausia, etapa de la vida en la mujer en el que la menstruación cesa y que puede durar cinco o más años.
En algunas mujeres, estos cambios traen aparejados gran desasosiego, irritabilidad e insomnio. Otros síntomas relacionados al ánimo que puede experimentar son la ansiedad y la depresión.
Si bien es normal que la mujer sufra cambios en su humor debido a su ciclo menstrual, la disfunción tiroidea puede afectar el ánimo en cierto modo que, incluso, puede afectar su calidad de vida.
Tal es el caso de la carencia de serotonina: su descenso en los niveles normales es capaz de causar ansiedad, obsesión, irritabilidad, nerviosismo, tristeza, depresión, mal humor, aislamiento y baja autoestima.
Estos síntomas suelen aparecer los diez días previos a la menstruación y a ellos se suman el dolor de cabeza, la retención de líquidos, el aumento de peso, los problemas en el descanso nocturno, y un deseo de comer en exceso dulces o chocolate.
También hay que estar alerta a la depresión durante la menopausia y el post-parto, en especial en aquellas personas que ya sufrieron esta enfermedad en otro momento de sus vidas.
En consecuencia, se recomienda hacer ejercicio, ya que la actividad física produce la secreción de las endorfinas que son las hormonas relacionadas con el bienestar psicofísico y con el placer.
Por más que la sensibilidad a flor de piel tiende a ser un rasgo distintivo de las mujeres, es importante consultar con un endocrinólogo cuando estos los cambios en el ánimo resultan fuera de lo normal y afectan la calidad de vida.
(*) La columnista es médica (M.N. 62441) y directora de Centro Médico Dra. Laura Maffei.
jueves, 3 de abril de 2014
Vaivenes hormonales provocan cambios de humor; cuándo hay que estar alerta, por Laura Maffei (*)
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