miércoles, 24 de octubre de 2012

Salud: Cómo ayudar a los niños que deben permanecer hospitalizados, por Edith Vega (*)

Enfocaremos la internación entre los 4 y 12 años, cuando el niño hospitalizado se encuentra vulnerable al estrés porque sus capacidades de afrontar la situación están disminuidas.

En estos casos, el chico puede desarrollar en un diálogo con especialistas, herramientas para poder afrontar la ansiedad que la situación suele generarle. Los pasos a seguir son: conocer la situación temida, identificar la forma de afrontarla, favorecer su despliegue.

La clave pasa por manejar la incertidumbre que la internación implica. En este sentido es conveniente poder dialogar con el niño acerca de la situación y el tiempo aproximado de internación, ajustándolo a lo previsto.

Una de las maneras de aliviar el malestar durante la internación hospitalaria es fomentar la realización de actividades extra hospitalarias, entre ellas, el juego y en caso de internaciones prolongadas la escolar. También resulta importante comunicarse con amigos de algún modo (vía PC, teléfono, etc.) y de ser posible, recibirlos de visita.

De igual modo, puede ser muy beneficioso tanto que acompañen al niño aquellos objetos de la vida cotidiana que le brindan placer y diversión siendo estos acordes a la situación de internación, como el colgarle fotos de personas queridas por él.

Si existe un buen vínculo paterno filial, el acompañamiento continuo por parte de los padres es la mejor manera de aliviar el malestar. La existencia de una sintonía afectiva entre hijos y padres es beneficiosa si propicia el diálogo sincero y honesto.

Si fuera posible, hablar sobre la futura recuperación, y pasear por el pasillo con él. En el supuesto de que los padres fueran muy jóvenes, pueden verse beneficiados con Programas de Psicoeducación que les permitan obtener recursos para desarrollar estrategias funcionales. Suele ser muy positivo favorecer la regulación emocional.

Si los papás se sienten desbordados por el alto nivel de ansiedad que la situación de internación de sus hijos les genera, pueden pedir ayuda a familiares y amigos, también a especialistas. Tiene una influencia positiva que ellos puedan contar con momentos para ocuparse de sí mismos. Es muy importante considerar este aspecto, ya que los niños leen en la cara de sus padres la gravedad de la situación. Por lo tanto, la ayuda que estos últimos puedan recibir para manejar sus sentimientos, puede incidir sobre el bienestar del niño.

Los chicos pueden sentirse confiados si comparten con sus padres la tristeza o la preocupación que la situación les produce. Sin llegar a llorar todo el tiempo o mostrar una cara de miedo terrible, los papás pueden expresar sus sentimientos acercándose de este modo a la experiencia de los niños.

La sala de juegos es un espacio dentro del hospital o clínica en donde se reciben a niños internados que pueden salir de la habitación. También se permite el ingreso de hermanos y familiares. y todos aquellos pacientes que concurren por consultas. Ver que otros chicos también están en el hospital, les permite normalizar la situación de internación.

En este espacio, podrán encontrarse con diversos elementos que les permitan desplegar la creatividad, disfrutar de una actividad emocionalmente satisfactoria y recibir apoyo y contención. El equipo de salud (médicos, enfermeros, kinesiólogos, psicólogos, entre otros) puede brindar espacios lúdicos que faciliten tanto la expresión de las emociones, como la integración de la experiencia a la vida del niño y de su familia.

La utilización de cuentos, suele ser un recurso que favorece el despliegue de la fantasía brindando posibilidades de generar alternativas y de entretenerse. La investigación muestra que integrar lo vivido en un orden temporal (pasado, presente y futuro) y darle un nuevo significado, permite admitir lo vivido, adquirir aprendizajes y nuevos afrontamientos, aceptarse a sí mismos y replantear a veces un plan de vida.

(*) La autora de esta columna (foto) es médica psiquiatra (MN 14363) del Hospital Privado de Niños.

Más información en Fundación Hospitalaria, Cramer 4601 (CABA), teléfono: (011) 4704-2300.

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