Durante estos 13 años de funcionamiento institucional en Salud Activa, hemos visto crecer de manera considerable una modalidad discriminatoria de los derechos de las madres denunciantes y protectoras de niños y adolescentes víctimas de abuso sexual.
Después de realizada la denuncia penal y/o civil, comienza una verdadera "caza de brujas".
Las instituciones jurídicas focalizan la mirada en ellas, que pasan a ser sospechosas de mentir, co-construir y alienar al niño o niña, utilizándolo como objeto de venganza hacia el padre sospechado de abuso.
Comienza un largo periplo en el cual estas mujeres son maltratadas, observadas con desconfianza y peritadas de manera continua. Cabe destacar que el conocimiento de una situación de abuso de un hijo/a genera una serie de reacciones emocionales esperables para semejante situación, el maltrato institucional del que ella es objeto (descreimiento, subestimación del hecho, minimización, mensajes subliminales de desistir la denuncia por las consecuencias, etcétera) potencian esas reacciones, que, de inmediato, son interpretadas como "desajuste y/o perturbaciones patológicas" adjudicadas como propias del género (literalmente las tratan de insanas).
A pesar de todo esto, si la mujer decide continuar protegiendo a su hijo/a comienza a ser mirada como victimaria, atribuyendo estas acciones al SAP (Síndrome de Alienación Parental), la falsa teoría impulsada por Richard Gardner, que describió en 1987, argumentando que ocurre en casos donde se disputa la tenencia de los niños en juzgados de familia: "Una consecuencia de esta batalla fue el desarrollo en el niño de lo que yo refiero como el síndrome de alienación parental. Típicamente, el niño difama viciosamente a uno de los padres e idealiza al otro. Mi experiencia ha sido que en alrededor de 80 a 90% de los casos, la madre es el progenitor favorecido y el padre el vilipendiado".
Es importante señalar, que el "síndrome de alienación parental" no ha sido sujeto de estudios empíricos, y tampoco ha sido publicado en revistas científicas o médicas para la revisión de los colegas.
El síndrome es poco más que las opiniones de Richard Gardner, basados en su "experiencia clínica".
Podemos consultar sus dichos textuales que nos llevan sin duda a considerar que hace una apología de la pedofilia, de las relaciones sexuales con niños/as, justificándolas como naturales.
Partiendo de esto, cualquier opinión suya no puede siquiera ser tenida en cuenta.
Esta falsa teoría es utilizada exclusivamente en contra de la mujer, en los ámbitos judiciales.
Desde nuestra experiencia, hemos visto aumentar la demanda de atención en crisis de las madres provocadas por el destrato institucional. Por lo tanto, consideramos esta situación como un claro exponente de discriminación al género y una evidente violación de los derechos humanos hacia la madre protectora.
(*) La columnista, licenciada en psicología (foto), es directora y fundadora de la ONG Salud Activa.
jueves, 9 de agosto de 2012
Justicia: una nueva forma de agresión hacia las mujeres, por María Beatriz Müller (*)
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