jueves, 1 de diciembre de 2011

“Margarita Barrientos es la conciencia de aquella Argentina que fue y no se resigna a dejar de ser”

"Margarita es la conciencia de aquella Argentina que fue y que no se resigna a dejar de ser. Aquella en la que, a diferencia de lo que pasaba en otros países latinoamericanos, el ascenso social era lo esperable. En la que, por lógica, todos los chicos y jóvenes iban a la escuela, todos los padres se ganaban el sustento trabajando, y casi nadie tenía hambre. Y en la que, si alguien lo padecía excepcionalmente, lo lógico era que cualquier vecino, como Margarita, le diera de comer hasta que superara el mal trance".

Con estas frases, la periodista Luciana Mantero comienza a describir qué simboliza, en diálogo con El Informatorio, la protagonista de su primer libro, Margarita Barrientos. Una crónica sobre la pobreza, el poder y la solidaridad, que acaba de publicar la editorial Capital Intelectual.

Después de subrayar que la vida de la creadora del comedor Los Piletones es "digna de una novela", la autora revela que encontró en este tipo de trabajo su "verdadera vocación" y adelanta que habrá otro libro en 2012.

A continuación, se transcribe el diálogo con Luciana Mantero, merecedora de una mención especial del Premio Gota en el Mar al Periodismo Solidario de la Fundación Germán Sopeña, por su trabajo en la revista Tercer Sector. Fue redactora en los diarios Ámbito Financiero, y cronista y productora en América Noticias, el Canal P&E y el ciclo El país que despierta de Canal 7, entre otras actividades.

Marcelo Mendieta: ¿Por qué elegiste a Margarita Barrientos como protagonista del libro?
Luciana Mantero: La elegí porque me parecía un personaje fascinante. Y porque tenía ganas de conjugar mi interés por la crónica, es decir por contar historias reales utilizando elementos del periodismo y la literatura, con aquel otro que venía trabajando hacía años: el mundo de los líderes sociales, de las personas que ayudan a los demás. Por otro lado, Margarita es un personaje público y me parecía que su alto perfil mediático podría atraer lectores, algo fundamental siendo yo una autora novel.

M. M.: ¿Qué sabías de ella antes de comenzar a investigar y escribir?
L. M.: Sabía que su vida estaba llena de sucesos trágicos ligados a la pobreza y heroicos de autosuperación; que su historia era digna de una novela. Y también sabía de su presente ligado a la ayuda a los demás. Conocía, asimismo, su alta exposición mediática y algo de sus relaciones intempestuosas con la política.

M.M.: ¿Hubo algún aspecto de su vida que te haya sorprendido en particular?
L. M.: Si bien sabía que algunas de las historias de su pasado sonaban a realismo mágico, me sorprendió encontrar una segunda versión de su infancia y de algunos otros de los sucesos más dramáticos de su vida. También conocer en profundidad la historia de Isidro, su marido, de un realismo desgarrador y, a la vez, una historia de fortaleza absolutamente esperanzadora. Me sorprendió, además, su claridad para ver dónde está parada y cómo manejar las diferencias entre los distintos mundos que la rodean, socioeconómicamente hablando.

M. M.: ¿Tuviste dificultades para realizar tu trabajo y conocer en profundidad el mundo que rodea a Los Piletones?
L. M.: No. Los Piletones es de fácil acceso y es una villa chiquita donde, de día, reina cierta tranquilidad. Además, me manejé con personas que viven allí, quienes me guiaron en las recorridas. Siempre hay un esfuerzo logístico cuando se trata de hacer este tipo de libros, pero eso es también lo que le agrega un condimento especial al relato, sobre todo cuando en la narración hay un cronista presente que, en ciertos momentos, va contando los pormenores, las dificultades y el devenir de la investigación.

M. M.: ¿Qué significa para vos Margarita, y qué pensás que simboliza para la sociedad en general?
L. M.: Creo que es un símbolo de solidaridad, algo que se ha ganado por mérito propio. Margarita es la conciencia de aquella Argentina que fue y que no se resigna a dejar de ser. Aquella en la que, a diferencia de lo que pasaba en otros países latinoamericanos, el ascenso social era lo esperable. En la que, por lógica, todos los chicos y jóvenes iban a la escuela, todos los padres se ganaban su sustento trabajando y casi nadie tenía hambre. Y en la que, si alguien lo padecía excepcionalmente, lo lógico era que cualquier vecino, como Margarita, le diera de comer hasta que superara el mal trance. Como dice el libro, Margarita es ese sentido común que ya no retumba en nuestras cabezas porque estamos preocupados por sobrevivir cada día, o porque estamos tan cómodos (o tan incómodos) que casi ni miramos a nuestro alrededor.

M. M.: En base a tu experiencia periodística y tu trabajo con ONG (en la actualidad, coordina la comunicación de Alegría Intensiva, payasos de hospital), ¿conocés casos similares al de Margarita Barrientos, aunque no tengan la trascendencia pública y mediática de ella?
L.M.: Sí, hay muchísimos en todo el país. Juan Carr habla de "1.880 lugares como el de Margarita (…) 1.880 heroínas que combaten el hambre".

M.M.: ¿Pensás que este libro puede servir para que otras personas asuman una posición activa en la sociedad y colaboren con proyectos sociales como el que lidera Margarita?
L. M.: Creo que sí. Ojalá así sea. Creo que ver la humanidad de Margarita, reconocerla como una persona con sus grandezas y sus miserias hace que nos sintamos más capaces de hacer algo por el otro, como ella lo hace. Pero también, mi apuesta es a transformar cierta mirada paternalista que hay sobre la pobreza, complejizarla y generar una conexión mucho más humana, más empática, que incite a mirar con mucha más humildad.

M.M.: ¿Tenés pensado hacer otro libro con temática similar?
L. M.: Si. Tengo las puertas abiertas de la editorial y seguramente el año que viene me sentaré a darle forma al próximo libro. Descubrí en esto mi verdadera vocación.

Foto de la autora: Patricio Pidal.

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