Francesco es, sin duda, uno de los restaurantes más excepcionales de Buenos Aires, imprescindible escala para los gourmets más exigentes y para quienes, aunque sea de vez en cuando, pueden darse un placer fuera de serie, casi lujurioso, en materia gastronómica. Desde la excelencia de la atención hasta la ambientación sobria, pasando por una soberbia carta con sabores sensuales y en equilibrio perfecto, el hermano menor de la marca que fundó Aldo Danovaro en 1984 en el Puerto del Callao -y que prosiguió en Miraflores (Lima, 1995) y en Coral Gables (Florida, 2001)-, permite descubrir a los porteños la excitante invitación, a la que resulta imposible negarse, a deleitarse con este delicioso maridaje de la comida peruana e italiana que fusiona notas cítricas con otras dulces y, por qué no, algunos toques picantes.
En esa línea, se puede continuar con el Salmón a la Miel de Soja ($63), con el pescado cocido a la parrilla -con la piel crocante- en reducción de miel de soja, acompañado por risotto de hongos, o el Lenguado Francesco ($59), "el mismo de hace 24 años" -según refleja la carta-, que consiste en un filet de lenguado a la parrilla bañado de salsa de nueces, y escoltado por langostinos y calamares -se sirve con tostadas de polenta-.
Las pastas no quedan afuera del apasionado romance de perfumes y gustos peruanos y peninsulares. Los Ravioles de Centolla ($54) en salsa casera de pimiento morrón figuran entre las opciones más atractivas en un lista que nunca deja de despertar curiosidad y asombro.
Quienes opten por buscar alternativas a los pescados pueden inclinarse por el Lomo Saltado ($49), con tomate y cebolla en juliana, vino tinto, ají amarillo y soja; servido con arroz con choclo; la versión de este corte de carne vacuno Huancaíno ($53) que se ofrece sobre risotto; o el Pollo al Cognac ($43), en salsa agridulce de cognac y vegetales.
Antes del café o el té, no se permitirá pasar por alto el Suspiro de Limeña ($23), el original Cheesecake de Maracuyá ($24) o las típicas Torta Tres Leches o Crema Volteada ($23 cada una de ellas).El personal del restaurante, animado por argentinos y peruanos, está siempre dispuesto, con gran cordialidad, calidez y conocimiento, a atender consultas y dudas de los clientes. Este es un dato que vale la pena subrayar.
En caso de que los comensales no sean previsores y deban esperar mesa, no habrá motivo de disgusto ya que podrán relajarse en un cómodo living y dejarse llevar por una amplia propuesta de tragos y bebidas, liderados por Sours y Machacados y el infaltable Pisco peruano. Para la comida, serán asesorados por el atento y experimentado sommelier Julián.



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