"En Latinoamérica, lo que recaudan los Estados del juego debe volver en obras a la población, ya que hay numerosas normas que disponen transferencias específicas de esos fondos a actividades sociales, educativas, culturales”, subrayó Guillermo Gabella, presidente de la Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar (ALAJA), durante una entrevista con El Informatorio, que se emite por Radio Palermo de Buenos Aires, FM 94.7.
Esto salió publicado en el diario El Tiempo, de Bogotá: "La actividad que genera el juego es un importante motor en la economía de los países latinoamericanos porque genera inversiones y empleo, y es un complemento muy efectivo para el desarrollo de la industria turística de la región".
"La deuda externa de América Latina alcanza los 735.700 millones de dólares, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Se calcula que con los ingresos que genera el juego se podría liquidar toda la deuda externa de la región en unos 10 años". ¿Esto es así?, le preguntó Marcelo Mendieta al doctor Gabella, presidente de la Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar.
“Leí el informe que Ud. menciona y es muy difícil tener precisiones con tanta fineza para calcular la recaudación, multiplicándola por plazos de años. Lo que sí es cierto es que es una actividad que tuvo en América Latina un crecimiento muy significativo. Y que involucra un nivel de inversión y de desarrollo vinculado al turismo que, en momentos del mundo como los que se viven hoy, genera una expectativa en la región muy positiva para la actividad”, respondió el titular de ALAJA en diálogo con El Informatorio.
“El juego –prosiguió el responsable de la agrupación que nuclea a los principales dueños de casinos y bingos de LatAm- es una actividad de empleo intensiva porque es una actividad de servicios, muy vinculada al turismo y al desarrollo del entretenimiento, y genera una cantidad de puestos de trabajo muy significativa. Precisiones latinoamericanas no se pueden hacer, pero hoy salas en la provincia de Buenos Aires tienen un promedio de empleos, en el caso del Casino de Tigre, por ejemplo, tiene unas 3000 personas. Estamos hablando de empleos directos”.
Y agregó durante la entrevista con El Informatorio que “hay 2 tipos de casino: los locales y los de destino, por ejemplo, el Conrad, el Casino de Iguazú, o los típicos de Las Vegas, que son casinos en los que la gente se instala en el hotel y juega en esos lugares”.
“La Argentina y Chile hoy están un poco a la vanguardia del desarrollo en la industria. Tienen grupos empresarios locales muy fuertes y, además, hubo inversiones extranjeras muy significativas. En la Argentina, hay más de 130 casas de juegos, de casinos, con normas distintas porque la jurisdicción del juego se maneja a nivel provincial… fuera de lo que corresponde al sector de Capital Federal donde se encuentra el barco- casino Casinos de Buenos Aires SA, pero sino cada provincia tiene su propia política de juego, en algunos casos 100% en manos de privados, y en otros una operación mixta como sucede en Entre Ríos, por ejemplo, o la provincia de Buenos Aires, donde el Estado se reserva de explotador pero participa al privado en sectores donde la tecnología y la inversión requieren una dinámica que el Estado, a veces, no tiene”, comentó Guillermo Gabella.
“La contribución al Estado –apuntó el titular de ALAJA- ha crecido mucho. Al levantar el estándar de calidad en la región, la industria requiere mayor control porque es un negocio en el cual el control es clave. En el caso de Chile, hay un desarrollo en marcha de 17 salas de casino nuevas, que se van a sumar a las 7 que ya había, de modo tal que, a fin de este año, comienzo del año que viene, el vecino país va a contar con 24 casinos con hoteles y centros turísticos”.
“En la Argentina también hay inversiones novedosas. En Misiones, Santa Fe, Rosario, San Luis y San Juan, siempre vinculadas con la actividad turística y hotelera”, señaló.
Desde la conducción de la Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar, Gabella aseguró que “hay empresas no solamente internacionales que cotizan en Bolsa –que son las principales operadoras de Las Vegas, que son casi todas empresas públicas-. En la región, ya hay empresas públicas, y Argentina es el caso, que están en actividad y con singular éxito. Además, el estándar de control y de transparencia en países como Argentina, Uruguay, Chile, ahora hay un proceso de mucha transformación y control en Perú, incluso Venezuela ha mejorado muchísimo. En Brasil como en México todavía está pendiente, porque la legislación no permite la operación de casinos como la conocemos aquí, y los que funcionan en algunas salas de entretenimiento funcionan con medidas cautelares que en Brasil se llaman “liminares”. Y que hoy tienen una situación de mayor precariedad jurídica. Pero el sentido de la operación en Argentina, Chile, Uruguay, en alguna medida también en Paraguay y Perú es de mayor control”.
“En estos países es una realidad que lo que los Estados recaudan vuelven en obras a la población. Ya que hay numerosas normas que disponen la asignación de recursos vinculados al juego, preveen transferencias específicas de esos fondos a actividades sociales, educativas, culturales. Es decir que existe un aporte concreto de la actividad. Cosa que, a nosotros, nos gratifica porque es una actividad que genera muchísimo empleo e inversión. En países como la Argentina, que tiene bellezas naturales, eso genera recursos que en turismo también son muy positivos y, en un momento en que nuestro país y Latinoamérica en general están vistos como un destino turístico la actividad tiene una prosperidad garantizada por los próximos años”, se despidió Guillermo Gabella, presidente de la Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar (ALAJA).
Esto salió publicado en el diario El Tiempo, de Bogotá: "La actividad que genera el juego es un importante motor en la economía de los países latinoamericanos porque genera inversiones y empleo, y es un complemento muy efectivo para el desarrollo de la industria turística de la región".
"La deuda externa de América Latina alcanza los 735.700 millones de dólares, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Se calcula que con los ingresos que genera el juego se podría liquidar toda la deuda externa de la región en unos 10 años". ¿Esto es así?, le preguntó Marcelo Mendieta al doctor Gabella, presidente de la Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar.
“Leí el informe que Ud. menciona y es muy difícil tener precisiones con tanta fineza para calcular la recaudación, multiplicándola por plazos de años. Lo que sí es cierto es que es una actividad que tuvo en América Latina un crecimiento muy significativo. Y que involucra un nivel de inversión y de desarrollo vinculado al turismo que, en momentos del mundo como los que se viven hoy, genera una expectativa en la región muy positiva para la actividad”, respondió el titular de ALAJA en diálogo con El Informatorio.
“El juego –prosiguió el responsable de la agrupación que nuclea a los principales dueños de casinos y bingos de LatAm- es una actividad de empleo intensiva porque es una actividad de servicios, muy vinculada al turismo y al desarrollo del entretenimiento, y genera una cantidad de puestos de trabajo muy significativa. Precisiones latinoamericanas no se pueden hacer, pero hoy salas en la provincia de Buenos Aires tienen un promedio de empleos, en el caso del Casino de Tigre, por ejemplo, tiene unas 3000 personas. Estamos hablando de empleos directos”.
Y agregó durante la entrevista con El Informatorio que “hay 2 tipos de casino: los locales y los de destino, por ejemplo, el Conrad, el Casino de Iguazú, o los típicos de Las Vegas, que son casinos en los que la gente se instala en el hotel y juega en esos lugares”.
“La Argentina y Chile hoy están un poco a la vanguardia del desarrollo en la industria. Tienen grupos empresarios locales muy fuertes y, además, hubo inversiones extranjeras muy significativas. En la Argentina, hay más de 130 casas de juegos, de casinos, con normas distintas porque la jurisdicción del juego se maneja a nivel provincial… fuera de lo que corresponde al sector de Capital Federal donde se encuentra el barco- casino Casinos de Buenos Aires SA, pero sino cada provincia tiene su propia política de juego, en algunos casos 100% en manos de privados, y en otros una operación mixta como sucede en Entre Ríos, por ejemplo, o la provincia de Buenos Aires, donde el Estado se reserva de explotador pero participa al privado en sectores donde la tecnología y la inversión requieren una dinámica que el Estado, a veces, no tiene”, comentó Guillermo Gabella.
“La contribución al Estado –apuntó el titular de ALAJA- ha crecido mucho. Al levantar el estándar de calidad en la región, la industria requiere mayor control porque es un negocio en el cual el control es clave. En el caso de Chile, hay un desarrollo en marcha de 17 salas de casino nuevas, que se van a sumar a las 7 que ya había, de modo tal que, a fin de este año, comienzo del año que viene, el vecino país va a contar con 24 casinos con hoteles y centros turísticos”.
“En la Argentina también hay inversiones novedosas. En Misiones, Santa Fe, Rosario, San Luis y San Juan, siempre vinculadas con la actividad turística y hotelera”, señaló.
Desde la conducción de la Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar, Gabella aseguró que “hay empresas no solamente internacionales que cotizan en Bolsa –que son las principales operadoras de Las Vegas, que son casi todas empresas públicas-. En la región, ya hay empresas públicas, y Argentina es el caso, que están en actividad y con singular éxito. Además, el estándar de control y de transparencia en países como Argentina, Uruguay, Chile, ahora hay un proceso de mucha transformación y control en Perú, incluso Venezuela ha mejorado muchísimo. En Brasil como en México todavía está pendiente, porque la legislación no permite la operación de casinos como la conocemos aquí, y los que funcionan en algunas salas de entretenimiento funcionan con medidas cautelares que en Brasil se llaman “liminares”. Y que hoy tienen una situación de mayor precariedad jurídica. Pero el sentido de la operación en Argentina, Chile, Uruguay, en alguna medida también en Paraguay y Perú es de mayor control”.
“En estos países es una realidad que lo que los Estados recaudan vuelven en obras a la población. Ya que hay numerosas normas que disponen la asignación de recursos vinculados al juego, preveen transferencias específicas de esos fondos a actividades sociales, educativas, culturales. Es decir que existe un aporte concreto de la actividad. Cosa que, a nosotros, nos gratifica porque es una actividad que genera muchísimo empleo e inversión. En países como la Argentina, que tiene bellezas naturales, eso genera recursos que en turismo también son muy positivos y, en un momento en que nuestro país y Latinoamérica en general están vistos como un destino turístico la actividad tiene una prosperidad garantizada por los próximos años”, se despidió Guillermo Gabella, presidente de la Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar (ALAJA).
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