
La EM es una enfermedad neurológica, crónica, de causa no determinada que afecta al sistema nervioso central.
Es una patología que resulta del daño a la mielina, la capa que protege las fibras nerviosas del sistema nervioso central (cerebro, médula espinal y nervios ópticos).
Si la mielina se destruye, la habilidad de los nervios para conducir impulsos eléctricos desde y hacia el cerebro se interrumpe, y este hecho produce la aparición de síntomas.
Al tratarse de una enfermedad discapacitante que se manifiesta mayormente en individuos de 20 a 40 años, y principalmente en mujeres, tiene como consecuencia un serio impacto en el ámbito familiar, social y económico-laboral de la persona que la padece.
Esta enfermedad no tiene cura pero hay medicación para controlarla, atenuar o espaciar los brotes.
Los principales síntomas son la debilidad muscular, hormigueos y trastornos de sensibilidad, alteraciones en la vista, problemas de memoria o de estabilidad entre otros.
"Aunque es potencialmente discapacitante, los tratamientos modernos han conseguido mejorías insospechadas en otros tiempos. Casi todos los pacientes pueden desempeñar su vida sin inconvenientes mayores y toda la comunidad debe conocerla para ayudar a que esto sea así", afirmó la doctora Adriana Carrá, directora médica de EMA.
Se recomienda al paciente llevar una alimentación equilibrada y variada, reforzar la ingesta de fibra, vitamina D y calcio, realizar ejercicio físico moderadamente y evitar el sobrepeso, el alcohol y el cigarrillo.
Si la enfermedad no se diagnostica a tiempo, o se realiza un tratamiento equivocado, el avance de la esclerosis múltiple puede llevar a una discapacidad severa. Por ello, EMA destaca la importancia de la atención temprana y de forma adecuada.
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