martes, 18 de septiembre de 2012

Embarazo: ejercicio físico, descanso y buena alimentación son claves, por Mariela Villar (*)

La práctica regular de ejercicios ayuda al bienestar psico-físico de la persona, y contribuye a una mejora en el estado anímico general. Además, al estar más predispuesta física y emocionalmente, el nivel de ansiedad de la futura mamá baja de manera notable.

Otro dato fundamental que hay que considerar es que, al entrenarse, el cuerpo y, en particular, los órganos reproductores reciben la cantidad de oxígeno necesario para optimizar el funcionamiento general y prepararse para una mejor concepción.

Hay varias disciplinas que se pueden practicar para estar en perfecto estado. Es recomendable realizar salidas aeróbicas, gimnasia -que puede ser localizada-, stretching, yoga y esferodinamia, entre otras actividades. Más allá de la rutina física que cada persona decida comenzar, resulta importante que esté bajo control de un profesional y programada en base al estado psico-físico de cada uno.

En algunos casos de tratamiento de fertilidad, se recomienda evitar los ejercicios que demandan demasiada entrega física, por ejemplo, el running o el spinning. Este tipo de prácticas pueden llegar a realentar las posibilidades de lograr un embarazo. En cuanto al tiempo de entrenamiento, lo ideal es ejercitarse entre tres y cuatro veces por semana, pero jamás la actividad física debe ser causa de estrés, sino todo lo contrario.

Es fundamental desarrollar buenos hábitos alimenticios y descansar bien. Cuando una persona nota que el ritmo de entrenamiento se vuelve un motivo de estrés, debe bajar el nivel de intensidad hasta sentirse cómoda y a gusto con la rutina de ejercicios, porque sino lo más probable es que termine abandonando dicha actividad.

Hace algunos meses, científicos de Estados Unidos y Dinamarca realizaron un estudio para investigar acerca de la actividad física y de la fertilidad de 3.628 mujeres danesas de entre 18 y 40 años. Para poder participar de la experiencia estas mujeres debían tener relaciones estables, y no estar en tratamiento de fertilidad.

"Nuestro estudio halló que los niveles más altos de ejercicio vigoroso se asociaban con tasas de fertilidad más bajas de lo normal en mujeres con peso sano, pero no en las mujeres con sobrepeso u obesas", afirmó la responsable de la investigación Lauren Wise, profesora asociada de epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston.

También manifestó que la práctica de ejercicios en forma moderada está relacionada con un leve aumento en las tasas de fertilidad de las mujeres que participaron.

No solo la mujer es responsable por la concepción, el varón debe hacer su parte: ejercitarse, tomar conciencia y tratar de llevar una buena alimentación, no consumir alcohol o tabaco, y tratar de mantener una vida saludable.

De aquí se desprende otro punto importante en el camino al embarazo, la alimentación. El índice de masa corporal –relación entre altura y peso- debe ser normal, adecuado según los índices que tome la nutricionista.

La alimentación es uno de los pilares fundamentales y debe ser realizada a conciencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aquellas comidas que no sean de una buena calidad nutricional pueden achicar el nivel de sustancias nutritivas necesarias para que, tanto el sistema reproductivo del hombre como el de la mujer, puedan funcionar en forma adecuada.

En resumen, ejercicio físico, rutina moderada, horas de sueño necesarias para propiciar el descanso adecuado y alimentación responsable, de ambos miembros de la pareja, son claves para lograr el embarazo.

(*) La autora de esta columna es directora de Embarazo Activo.

Fotos: gentileza de Embarazo Activo.

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