viernes, 11 de mayo de 2012

Columna: Qué es estar sano, por el médico neurocirujano Gustavo Porrás (*)

Es un anhelo de todo ser humano estar sano. Pero ¿qué es estar sano? Hay personas que están clínicamente sanas y aunque después de numerosos análisis no se les encuentra ninguna patología, se sienten mal, con dolores o malestares.

Por eso, decimos que la salud es una sensación de la persona, que vive un estado de armonía Psico-Físico-Espiritual.

Siguiendo antiguas enseñanzas de India, Egipto, la metafísica griega y muchas otras civilizaciones, consideramos que el hombre tiene 7 cuerpos o 7 niveles en los que la conciencia se expresa o puede actuar:

-El cuerpo físico, o la materia que forma nuestro cuerpo. Maravilloso robot biológico que nos permite desarrollarnos en el mundo material

-El cuerpo vital o pránico que anima al físico, dándole calor y vitalidad, movimiento

-El cuerpo emocional, o el campo en el que se desarrollan todos nuestros deseos y sentimientos. Es el gran motor que nos impulsa, pero que es irracional. Es el lugar de origen de muchas enfermedades, pero también desde donde nos podemos curar

-La mente concreta o inteligencia mecánica, nuestro campo mental que toma como centro al Yo personal. Es también raíz y fuente de muchas patologías en el hombre

-La mente superior o el mundo de los grandes ideales o proyectos altruístas

-La intuición, asiento de la sabiduría, el arte, la mística, aquello que ilumina todo lo superior, lo mas elevado en el hombre

-El misterio del Ser.

De esta manera, lo físico y palpable tiene una percepción más limitada de lo que nos acerca al punto de armonía-salud. En cambio, a medida que nos acercamos a los vehículos superiores esa armonía con la Naturaleza se hace más evidente.

En virtud de esta mayor captación de este equilibrio armónico, cada uno de estos cuerpos es capaz de regular y dirigir al inmediato inferior. Ejemplo de esto es que la mente está regida por la sabiduría como las emociones lo deben estar por la mente.

Cada cuerpo tiene ritmo y actividad propios, y estos deberían coordinarse y armonizarse con la de los demás.

Cuando existe el equilibrio, y cada cuerpo cumple con su función en forma armónica, nos sentimos plenos, sanos, y difícilmente nos enfermamos.

Cuando por causas externas o internas este equilibro se pierde en alguno de los cuerpos, perdemos la sensación de salud, y aparece la enfermedad. Ésta es "una respuesta inteligente" de la naturaleza para corregir él o los errores, por exceso o defecto, en los que estamos persistiendo.

Reafirmamos el concepto clásico de que la enfermedad no es un mal, sino un aliado que intenta prevenirnos y hacernos cambiar aquellos patrones de conducta que deben ser modificados a pesar de nuestra resistencia.

Un exceso de emociones quita fuerza al plano mental, y genera un agotamiento de la vitalidad.

Un exceso mental, quita energía a la parte superior, enturbia las emociones y la vitalidad se altera provocando la enfermedad del cuerpo físico.

Por lo tanto, creo que la mejor forma de estar sanos es "Conocernos a nosotros mismos". Conocer qué es lo mejor para cada cuerpo en cada momento, llegar a ser naturales para no sufrir tensiones que alteren nuestra salud.

Vivir con ideales y fines altruistas, trabajar por aquellas cosas duraderas y alimentar nuestra mente y sentimientos con cosas elevadas, nos generan estados de armonía y equilibrio.

Estar sano es "vivir" un estado de plenitud, alegría y felicidad en los campos mental y emocional, logrado a través de un conocimiento de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, que nos permite elegir lo mas adecuado en cada momento para mantener una armonía duradera.

La búsqueda interior, el Conocerse a Uno Mismo, es un gran remedio para muchos males.

(*) El autor de este artículo (foto) es médico especialista en Neurocirugía (M.N. 51737 y M.P. 27581), además de miembro de la organización internacional cultural Nueva Acrópolis y profesor de Filosofías Comparadas de Oriente y Occidente.

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