Si bien todos los encuestadores coinciden en que Jorge Telerman sería reelecto como jefe de gobierno (le ganaría a
Mauricio Macri, vencedor de la primera vuelta del 3 de junio pero perdedor en el ballotage, dicen los especialistas),
no parece un buen augurio que el titular del Poder Ejecutivo haya inaugurado el período de sesiones ordinarias de la Legislatura -con un discurso bastante extenso y aburrido por cronómetro y contenido-, mientras caía un verdadero diluvio sobre la ciudad de Buenos Aires.
Telerman trataba -sin éxito- de entusiasmar a los legisladores con las obras
públicas que se hicieron para prevenir inundaciones y, paradójicamente, los porteños pensaban en subirse a los botes -como los protagonistas de la foto (que, por suerte, no corresponde a una postal turística de la ciudad)-, y
así evitar hundir en el agua los pies o las carrocerías de los autos en muchas calles y avenidas porteñas... ¿Fallaron las previsiones?
O es un problema sin solución. Incluso para nuestro héroe local para el ballotage: Teler-Man.
La oposición dispondrá hoy de letra a granel para lanzarse sobre los micrófonos a criticar al jefe de gobierno. Aunque va a resultar difícil encontrar originalidad en esos mandobles orales: ¿de qué otra cosa se puede hablar si no es de la lluvia torrencial y las calles anegadas, mientras Telerman desnudaba, una vez más, su amor por Buenos Aires bajo el techo -sin goteras, claro- del ex Concejo Deliberante?

Macri, seguramente, tuvo una mañana de satisfacción (y no sólo porque debe tener un yate a mano por las dudas).
Pero, ¿alcanza esta simbólica jornada para ganar la segunda vuelta contra un candidato que cuenta con el aparato y "la caja" del distrito más rico del país?
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