martes, 2 de agosto de 2016

Diez claves para Sentirse más feliz en el trabajo (anticipo del libro homónimo de Lina De Giglio)

Solemos creer que la felicidad es un intangible y que aparecerá de la mano del destino casi como arte de magia, si estamos dentro del grupo de los elegidos. 

Sin embargo, afirmo que la felicidad se construye. Esto no significa que sea fácil. Tampoco significa que será la misma construcción en los distintos roles de nuestra vida.

Dado que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en el trabajo, aquí van 10 pasos que establezco para mí y para mi equipo, los cuales nos han dado excelentes resultados, tanto como para decir que nos sentimos felices trabajando en Capacitar-Desarrollo Empresario:

1. Alineada con los propios valores.  Uno de los mayores desafíos que tenemos como personas consiste en conquistar la coherencia a lo largo de nuestra vida y a través de nuestro quehacer. Los valores que detentamos como importantes para nosotros deben estar presentes en la cotidiana del trabajo. Cuando no estamos alineados entre lo que pensamos/sentimos y hacemos, el malestar interior nos aleja de nuestros estados de bienestar y felicidad.

2. Que lo que haces te emocione.  Es importante sentir que lo que hacemos está vinculado con nuestro gusto, nuestra vocación y nuestro propio proceso de mejora personal. Cuando la tarea genera en nosotros emociones positivas, como la motivación, el compromiso y el sentido de logro, abocarnos al trabajo nos trae alegría y bienestar.

3. Que beneficie a otros.  Saber que estamos dando valor agregado a otros a través de nuestra tarea, nos amplía la mirada y comprendemos que estar en situación de trabajo no sólo nos beneficia a nosotros profesional y económicamente, sino que también el fin del trabajo propio está destinado al beneficio ajeno. Nos aporta felicidad saber que somos útiles a través de nuestro trabajo.

4. Apropiarte de la tarea y ser creativo.  Podemos realizar nuestro trabajo eficazmente. El desafío es hacerlo de manera productiva. No me refiero a mejora de tiempos o índices de medición, sino a aprovechar cada oportunidad para hacer lo mejor que podemos hacer, ejercitando nuestra creatividad para beneficio de los resultados finales, y también de nuestro propio proceso de mejora profesional. Entusiasmarse, hacerlo bien porque sí, porque así lo decidís, porque te enriquece y enriquece a otros. 

5. Aprendizaje permanente/error como oportunidad.  El error tiene mala prensa, sin embargo, es el método científico: ensayo y error. Cuando podemos capitalizar los errores como parte del proceso de toma de conciencia y aprendizaje, las equivocaciones, las frustraciones e inclusive los fracasos se vuelven elementos constitutivos de nuestro camino de mejora, aliviando la presión que solemos atribuirle y acercándonos un poco más a mantener el bienestar laboral.

6. No correr con los tiempos.  No todos los aspectos que nos acercan a la felicidad están vinculados con el manejo emocional. Muchos elementos que aportan directamente a nuestro bienestar son herramientas concretas relacionadas con el orden, la planificación y la ejecución en tiempo y forma. La fijación de objetivos, la priorización de tareas y la delegación en otros nos permiten mantenernos en equilibrio entre todas las obligaciones que debemos llevar adelante.

7. Minimizar el estrés.  Planificarse bien contribuye notablemente a bajar los niveles de estrés. Pero ¿qué pasa cuando la contingencia viene de otro, por fuera de nuestra propia planificación? Esta situación es habitual en el trabajo, y si se trata de pedidos o demandas que vienen del jefe, no hay chance de negarse. Aprender a preguntar plazos y condiciones de entrega es lo primero para ubicar la demanda en su justo lugar. También aprender a negociar, pedir guía en la ejecución y ser claro en la comunicación sobre la propia carga laboral, se convierten en prácticas que nos mantiene en estados de bienestar.

8. Relaciones nutricias/ambiente amoroso.  Es importante saber que aún en los ambientes de trabajo tóxicos con relaciones tensas uno mismo puede generar y sostener un comportamiento amoroso que contribuya a la mejora del clima laboral. Somos agentes de cambio e incluso en los entornos menos propicios tenemos oportunidad de construir algo mejor desde nosotros mismos.

9. Desapegarse del territorio y del poder.  Cuando sabemos que lo que aportamos es de valor, no es necesario ser reconocidos por otros. Aún cuando lo ansiamos (especialmente de nuestro jefe), comprender que el aporte laboral debe superar la expectativa de ser reconocido en los logros o en la autoridad nos vuelve livianos. También minimiza nuestras expectativas y por lo tanto, minimiza nuestra frustración si el reconocimiento, el territorio o el poder se ausentan de modo temporario. Así, incrementamos la estabilidad de nuestro bienestar laboral.

10. Visión de futuro. A veces, el trabajo que realizamos no responde a nuestros intereses; entonces cuando es necesario apoyarse en la visión de futuro. De esta manera, podremos sostenernos emocionalmente para el logro de la meta que buscamos. Tenemos que ser agradecidos por el trabajo que desempeñamos -aunque no sea el ansiado-, puesto que nos permite solventar obligaciones mientras seguimos diseñando la propia visión de futuro. El "mientras tanto" debe ser consciente, amoroso y responsable.

(*) La columnista Lina De Giglio -foto- es autora del libro Sentirse más feliz en el trabajo (Editorial Dunken) y fundadora de Capacitar-Desarrollo Empresario: www.capacitar-de.com.ar.

El volumen será presentado oficialmente en Notorius Club de Jazz, en el barrio porteño de Recoleta, el jueves 8 de septiembre. A partir de esa fecha, saldrá a la venta en las principales librerías a $280.

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