
Estos chicles sin azúcar son una verdadera tentación: apenas se deposita uno de ellos en la boca, la menta confitada invade gratamente el paladar. Y, de inmediato, esta sensación se mezcla con el deleite que desatan el sabor y el perfume de la sandía, que domina el corazón de la golosina.
Un pequeño gran placer, by Cadbury, para pasar el invierno, la primavera, el verano y el otoño.
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