lunes, 25 de agosto de 2008

R. Duarte (Clinicar): "Para lograr eficiencia laboral, debe haber comunicación fluida en la empresa"

El mobbing y el burn out –o síndrome del quemado- son los cuadros que más se presentan en el ámbito laboral: la primera se refiere a conductas agresivas usadas por una persona o grupo para rechazar a alguien mediante el acoso psicológico; la segunda alude a un agotamiento físico y emocional grave causado por el estrés en su máxima exponencia”, precisó la licenciada en Psicología Rosina Duarte (foto), coordinadora de Clinicar, durante una entrevista con El Informatorio Blog.

“Las profesiones más expuestas al estrés son las que enfrentan mucha carga emocional, y en particular se deben a los otros: médicos, maestros, enfermeros, directivos, personas que trabajan en los sectores de educación y salud”, resumió la experta.

Y ofreció un dato a tener en cuenta en las empresas, grandes, pequeñas, medianas y micro. Para lograr un buen clima laboral y, en consecuencia, que el personal de una empresa sea eficiente, “la comunicación –que es fundamental- debe ser fluida, descendente y ascendente (de la jerarquía hasta los empleados de menor rango y viceversa), según la directiva de Clinicar.

Y agregó: “los psicólogos (y el área de RRHH) en estos casos tiene un papel clave, pues ofician de mediadores entre ambos niveles”.

A continuación se reproduce la charla con Rosina Duarte, de Clinicar:

Marcelo Mendieta: ¿Cuáles son las afecciones más comunes en el ámbito laboral? ¿Cómo se previenen, se detectan y se tratan desde el punto de vista psicológico?
Rosina Duarte: En la actualidad, las más comunes en el este ámbito son las llamadas “mobbing” y “burn out”. La primera, también llamada “acoso psicológico”, se refiere a conductas agresivas usadas por una persona o grupo para rechazar a alguien mediante el acoso, ya sea de modo directo o indirecto, con la intención de que el afectado sienta un “vacío” y sentimiento de abandono, por parte de compañeros del trabajo e incluso de jefes. Por otra parte, el síndrome del burn out o del “quemado” hace referencia a un agotamiento físico y emocional grave causado por el estrés en su máxima exponencia y relacionado directamente con un cansancio psíquico que se produce en las interacciones sociales y frente a las rutinas laborales.
La prevención del estrés laboral se basa fundamentalmente en evitar las rutinas, estableciendo límites entre el trabajo y la vida personal, hay que evitar relegar intereses personales en favor de los laborales. En muchos casos, un exceso de trabajo, tanto en carga horaria como en funciones, es lo que conlleva a un sobreesfuerzo que produce cansancio, fatiga, ansiedad y, a la vez, pérdida del interés en actividades personales de ocio, detectando así que se está produciendo una situación de estrés. Desde el punto de vista psicológico, es de suma importancia ayudar a la persona estresada a realizar una reorganización de los planos de su vida, intereses, actividades de ocio, brindando un espacio donde se pueda dar un cuidado del “sí mismo” que resulta fundamental para empezar a salir de este tipo de situaciones. Hay que proporcionar las herramientas necesarias para que se tengan en cuenta las señales del propio cuerpo y se re-evaluen las necesidades de descanso, para mantener una forma de vida equilibrada y lograr un adecuado manejo del tiempo.


M. M.: ¿Hay estadísticas acerca de qué porcentaje de la gente que trabaja en la Argentina sufre estos problemas?
R. D.: Lamentablemente, en nuestro país todavía no hay estadísticas de la gente que sufre estas enfermedades, de hecho algunas de ellas son catalogadas como “enfermedades” desde hace muy poco tiempo. De todos modos, en el consultorio, los casos que más se presentan son los de personas que por su profesión tienen trabajos altamente emocionales y están estresados debido a que están tratando de satisfacer las demandas de otras personas diariamente, lo que genera una gran carga emocional que muchas veces no encuentra una salida al exterior, y el movimiento de las emociones fluye entonces hacia el interior de esas personas produciendo una “explosión”, difícil de medir y evitar ya que el contacto con otros suele ser el núcleo de la fuente de trabajo.

M. M.: ¿Cuál es el papel que deben jugar el/los empleados, la compañía, los psicólogos y el Estado como regulador de la actividad laboral?
R. D.: Los empleados deben hacer valer siempre sus derechos y cumplir con sus deberes y obligaciones, resulta fundamental que la organización tenga una buena comunicación interna, factor clave para mejorar cualquier clima laboral y aumentar el rendimiento de los empleados. Esto es, la comunicación no debe fluir únicamente de manera descendente, sino que también tiene que darse de modo ascendente (de los empleados de menor rango a los de mayor rango); los psicólogos (o el área de RRHH) en estos casos tiene un papel fundamental, pues muchas veces son los mediadores entre ambos niveles, ya sea para transmitir inquietudes o información o hacer requerimientos.
El Estado debe cumplir el rol de protector del empleado y del empleador, haciendo que se cumplan todas las leyes del caso, velando por las necesidades laborales y derechos del empleado y en caso de abuso de las mismas, sancionando la situación anómala.


M. M.: La incorporación de psicólogos, como directivos o asesores externos, al área de Recursos Humanos, ¿desde cuando se hizo más frecuente aquí? ¿Cuáles son los resultados de esta interrelación?
R. D.: Afortunadamente, hace ya varios años que en la Argentina las grandes empresas y algunas Pymes e instituciones de salud y educación privadas han incorporado profesionales del ámbito psicológico para trabajos en el área de Recursos Humanos. Los resultados de esta interrelación son muy beneficiosos porque un psicólogo cuenta con variadas herramientas para lograr el objetivo general del área de RRHH de cualquier empresa que sería es de lograr un alineamiento de las políticas de RRHH con la estrategia específica de la organización laboral, permitiendo así implantar estrategias a través de los empleados. De modo generalizado, se puede decir que dado que la función del área de Recursos Humanos de cualquier se basa en la planificación, selección, formación y desarrollo, y operaciones, de técnicas que sean capaces de promover un desempeño eficiente del personal para poder alcanzar los objetivos de la empresa. El enfoque que logra el trabajo del psicólogo dentro de una organización hace que las personas den al máximo de sí y tengan una actitud positiva y favorable, logrando así un mejor rendimiento.

M. M.: ¿Conoce casos en la Argentina o en el mundo en los que haya una política seria, pública o privada, para evitar que la población laboralmente activa sucumba al estrés?
R. D.: La mayoría de las empresas multinacionales cuentan con una política seria para evitar el estrés entre sus empleados, esto se da mediante talleres, viajes, incentivos como “premios” a nivel económico, ascensos una vez al año, cursos de especialización, e incluso salidas de ocio fuera del horario laboral. Todo esto provoca un sentimiento de bienestar, conformidad, sentido de compañerismo y además, mayor compromiso con la empresa; lo que beneficia tanto al empleado como al empleador pues el rendimiento que el empleado ofrece en el trabajo es mayor que el que pudiera dar en otras condiciones laborales.

M. M.: ¿Se sabe qué porcentaje de enfermedades “físicas” aparecen como producto del estrés?
R. D.: Las enfermedades más comunes se dan en tres niveles, en porcentajes similares, siempre dependiendo de cada persona:
Conductuales: tendencia a conductas compulsivas: adicciones al tabaco, a las drogas ya alcohol. Desmotivación laboral, personal y social.
Psicosomáticas: trastorno del sueño, insomnio, fatigas, palpitaciones, sudoración, desórdenes gástricos, cansancio extremo, tensión.
Emocionales: depresión, negativismo, irritabilidad, cambios en el carácter, aislamiento afectivo, desinterés.


M. M.: ¿Cuáles son las profesiones o actividades más expuestas al estrés?
R. D.: Son aquellos profesionales que tienen trabajos con mucha carga emocional, y en particular se deben a los otros: médicos, maestros, enfermeros, directivos, personas que trabajan en los sectores de educación y salud.

M. M.: ¿Qué influye más en este ránking: la presión laboral en sí misma, la responsabilidad que conlleva el empleo, la insalubridad del ámbito laboral en general, o la falta de reconocimiento, sea por salario escaso o ausencia de incentivos?
R. D.: Es la sumatoria de todos estos factores mencionados, pues se trata de un síndrome multicausal. La clínica me ha demostrado que esto se produce cuando el trabajo es superior a 8 horas diarias, la relación entre el trabajo y el dinero percibido no es gratificante, y cuando la pervivencia en las mismas funciones en el trabajo generan una sensación de frustración o “estancamiento”.

M. M.: Los ejecutivos, ¿aceptan que un psicólogo puede prepararlos para enfrentar el desafío de un ascenso o todavía hay prejuicios en las empresas y en el personal?
R. D.: Ha habido un gran avance en lo que respecta a la aceptación de ayuda profesional psicológica para el caso de ejecutivos, pues pudieron apropiarse del marco contenedor que se les provee junto con las posibles herramientas para encontrar una adecuada posición, con las nuevas responsabilidades y rutinas convenientes que produce un ascenso laboral.

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