
Lo más reciente, y que precipitó la eyección del piquetero oficialista del gobierno K, fue el colmo de solidarizarse con Irán, cuyo ex mandatario -y varios diplomáticos y ciudadanos- han sido acusados, de manera formal y con pedido de captura internacional, de haber participado de la voladura de la sede de la mutual judía AMIA.
La embestida tribunalicia, demás está decirlo, cuenta con el aval de la administración kirchnerista, aún cuando se trata de la añeja teoría de los tiempos de Carlos Menem, y nada dice sobre la conexión local que permitió aquel salvaje atentado.
Ahora bien, si D'Elía no se privó de dar rienda suelta a su verborragia y sus polémicos gestos con rango de subsecretario de Estado, ¿quién puede garantizar que, de regreso al llano, no se atreva a ir más allá? ¿No se enfrentará Néstor Kirchner, y todos nosotros, a un peligro de mayor envergadura?
¿Un D'Elía auténtico como el que se animó a copar una comisaría en 2004, sin ataduras

Por ahora, parece que Kirchner mantiene la preferencia por los Manolo Quindimil (foto), a pesar de que D'Elía le sirvió de ariete al Presidente para mortificar a la vieja política clientelista del PJ bonaerense, durante la campaña anti-Duhalde de 2005...
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