Diego Capusotto y Fabio Alberti nunca imaginaron -¿o sí?- que la televisión internacional terminaría homenajeándolos: la elección de la canción que representará a España en Eurovisión 2008, televisada por RTVE, se convirtió en una versión aggiornada de "Todo x $2", aquel disparatado y absurdo show que protagonizó la dupla surgida de Cha-cha-cha.
Para reforzar el pintoresco cuadro -una saludable forma de transcurrir, dicho sea de paso, la víspera de los comicios que reafirmaron a José Luis Rodríguez Zapatero como primer ministro-, Raffaella Carrá fue la anfitriona de esta gala que prometía la prolijidad habitual de las trasmisiones del canal estatal y que devino en un festival kitsh, por momentos fuera de control, gracias a la irrupción y el triunfo del freaky Rodolfo Chiquilicuatre, un disparatado personaje que bien podría haber sido creado por Capusotto en uno de sus delirios humorístico-musical. No olvidemos mencionar, claro está, a los fans a tono que parecían salidos de la película más bizarra de Santiago Segura, el creador de Torrente.
Gracias a internet -RTVE se unió a Myspace a fin de encontrar al enviado local para el devaluado Eurovisión de Belgrado-, el reggaetton "Bailemos el Chikichiki" se impuso por encima de los "candidatos del establishment": La Casa Azul -pop dance con una estética interesante- y la estridente chica Coral .
Chiquilicuatre ya es furor en la península -el tema del verano, que le dicen-, y, casi seguro, habrá que prepararse para recibirlo por estas costas.
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