En el curso de la vida, a 1 de cada 8 mujeres se le diagnosticará cáncer de mama, por lo que es de suma importancia estar atentos a los cuidados.
Los factores de riesgo abarcan:
- Edad y sexo: el riesgo de padecer cáncer de mama aumenta con la edad. La mayoría de los casos de cáncer de mama avanzado se encuentra en mujeres de más de 50 años.
- Antecedentes familiares de cáncer de mama: las pacientes que tienen un familiar cercano que haya padecido cáncer de mama, de útero, ovario o colon, tienen mayor riesgo.
- Genes: algunas pacientes tienen mutaciones genéticas que las hacen más propensas a padecer cáncer de mama. Los defectos en genes más comunes se encuentran en los genes BRCA1 y BRCA2. Las mujeres con uno de estos defectos tienen hasta un 80% de probabilidades de padecer cáncer de mama en algún momento durante su vida.
- Ciclo menstrual: las mujeres que inician tempranamente sus períodos menstruales (antes de los 12 años) o llegan a la menopausia tarde (después de los 55) tienen un riesgo mayor de cáncer de mama.
Otros factores de riesgo:
- Consumo de alcohol: el consumo de más de 1 o 2 vasos de alcohol al día puede incrementar el riesgo de cáncer de mama.
- Parto: las mujeres que nunca han tenido hijos o que los tuvieron recién después de los 30 años tienen un mayor riesgo de presentar cáncer de mama. Tener varios embarazos, o a temprana edad, reduce el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
- Hormonoterapia: el riesgo de cáncer de mama aumenta si se ha recibido hormonoterapia con estrógenos durante algunos años o más.
- Obesidad: ha estado asociada con el cáncer de mama, aunque este vínculo no se ha comprendido por completo. La teoría es que las mujeres obesas producen más estrógenos, lo cual puede estimular la aparición de este cáncer.
- Radiación: si recibió radioterapia durante la niñez o la juventud, se tiene un riesgo muy alto de padecer cáncer de mama. Cuanto más joven haya sido al iniciar la radiación y más alta la dosis, mayor será el riesgo. El riesgo es mayor si la radioterapia se administró durante el desarrollo de las mamas.
Los implantes mamarios, el uso de antitranspirantes y el uso de sostenes con varillas no aumentan el riesgo de cáncer de mama. Tampoco existe ninguna prueba de un vínculo directo entre el cáncer de mama y los pesticidas.
Cuándo hay que consultar al médico:
- Es muy frecuente que una de las dos mamas sea mayor que la otra
- Palpación de un bulto por pequeño que sea.
- Secreción por el pezón. Será de gran utilidad el fijarse en el color.
- Alteraciones en la piel. Enrojecimientos, aumento de la temperatura, eczemas.
- Alteraciones a nivel de la areola o del pezón. Ulceraciones, retracciones.
- Dolor en la mama y región pectoral.
La mama es un órgano al que podemos acceder con facilidad. La vemos y la podemos palpar. Toda mujer debe conocer sus mamas, ver los cambios que se producen en ellas.
Es una técnica muy simple, no dolorosa, y conveniente, pero a pesar de todo esto, sólo un tercio de las pacientes controlan sus mamas una vez al mes como se recomienda.
Un buen momento para la autoexploración es una semana después de la menstruación. En los casos en los que ya no hay menstruación, se puede realizar en la primera semana de cada mes.
Los pasos a seguir son los siguientes:
- Inspección visual: desnuda de cintura para arriba, ponerse frente a un espejo y mirar. Primero con los brazos caídos, y luego con ellos levantados. Hay que fijarse en que no haya ninguna deformidad, mancha, bulto, retracción, alteración de la forma, etcétera.
- Exprimir un poco el pezón para descartar que exista secreción.
- Palpación: estando recostada, y colocando el brazo de la mama a explorar detrás de la cabeza (como tomando sol), se palpará con la mano contraria con los dedos bien estirados, desde el centro a la periferia, en forma de espiral. Si se encontrara algo que pareciera extraño, se explorará a ese mismo nivel la mama contraria y se comparará. No hay que olvidar palpar las axilas para detectar cualquier bulto por pequeño que sea.
Si durante estas maniobras se encontrara alguna alteración, no debe alarmarse, pero sí ponerse en contacto con su ginecólogo.
- Mamografia: el colegio Americano de Ginecología y Obstetricia recomienda realizar a los 35 años una mamografía de BASE la cual servirá para comparar las futuras.
En el periodo de los 35 a los 40 años, se puede hacer una o dos mamografías, y a partir de los 40 años, debe realizarse una mamografía una vez por año.
Antes los 35 años, por las características de la mama hasta ese momento, suelen ser más útiles las ecografías, aunque en algunos casos también solicitamos agregar la mamografía, para tener un diagnóstico más certero.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que en el último tiempo el uso de Resonancia Magnética permite diagnósticos tempranos y detallados en las enfermedades de la mama.
Es importante destacar que, con las mamografías actuales de alta resolución, se han conseguido detectar cánceres en estados tempranos que aún no tenían signos clínicos, es por eso que se hace hincapié en un control detallado y periódico.
(*) El columnista -foto- es médico ginecólogo y cirujano estético (M.N. 109.601), y cirujano de la Unidad de Cirugía Plástica de la Clínica Santa Isabel.
Más información en www.drimbriano.com.
viernes, 3 de octubre de 2014
Cáncer de mama: factores a tener en cuenta para un diagnóstico temprano, por Dr. Leonardo Imbriano (*)
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