jueves, 4 de noviembre de 2010

Poder Judicial porteño: "Hay que invertir en la capacitación del personal", dice Gisela Candarle (*)

El martes 9 de noviembre se elegirán los representantes de los abogados porteños al Consejo de la Magistratura, organismo que tiene una importancia vital en diversas cuestiones relativas al funcionamiento de la justicia de la CABA.

Entre otras competencias, la Constitución local le otorgó al organismo las siguientes:

a) Intervenir en el proceso de selección de los jueces mediante concursos públicos;

b) Dictar los reglamentos para el funcionamiento interno del Poder Judicial;

c) Ejercer facultades disciplinarias respecto de los magistrados;

d) Intervenir en el nombramiento, la remoción y el régimen disciplinario de los funcionarios y empleados del Poder Judicial

e) Intervenir en los concursos para la designación de los empleados y funcionarios;

f) Recibir las denuncias contra los magistrados y los integrantes del Ministerio Público;

g) Proyectar el presupuesto y administrar los recursos del Poder Judicial.

En mi gestión aspiro a concentrarme en dos grandes temas: garantizar la independencia de la justicia de los otros poderes; y optimizar el uso de los recursos, de forma tal que los mismos se traduzcan los más eficientemente posible en mejor justicia para los porteños.

¿Cuáles serán los ejes de mi trabajo para lograr los principales objetivos propuestos?

En cuanto a la llamada "independencia de la justicia", considero que la clave está en el proceso de selección de los magistrados, de forma tal que los futuros (y también los actuales) jueces –por formación y por principios- crean efectivamente en que esa "independencia" es un valor no negociable.

Es muy importante que los candidatos a magistrados tengan absolutamente claro que la función esencial de los jueces es impartir justicia, aplicar el derecho y sentenciar sin otra base que no sean las constancias que tienen a la vista en el expediente. No quiero jueces que consideren que el Poder Judicial es una plataforma de proyección política personal o que fallen haciendo prevalecer sus designios ideológicos por encima de lo que marca la ley.

Quienes aspiren a un lugar entre los magistrados de la ciudad de Buenos Aires deben saber que la interpretación de las leyes debe estar desprovista de consideraciones políticas. Si tienen vocación política, tienen otros dos poderes donde poner de manifiesto su ideología o sus inquietudes por la cosa pública, pero no serán elegidos para integrar la justicia porteña.

Entonces, el análisis de los antecedentes de los candidatos será una tarea en las que concentraré mis esfuerzos, con la certeza que poner celo en ello ayuda a tener una justicia independiente.

La administración eficiente de los recursos que necesita el Poder Judicial es otro de mis objetivos primarios.

Primero porque gran parte de la independencia de la justicia está asociada directamente a no tener que mendigar partidas, y ser así dependiente del poder que asigna los dineros públicos. Recursos suficientes son una garantía de un Poder Judicial independiente.

En segundo lugar, porque el dinero del que dispone la justicia está originado en los impuestos y contribuciones que pagan todos los habitantes de la ciudad. Y lo justo es que esos aportes vuelvan a los contribuyentes en más y mejor justicia. Es mi obligación cuidar ese dinero.

Además, los dineros públicos son finitos. Cada peso que se gasta sale del bolsillo de los contribuyentes y no podemos incrementar la presión impositiva hasta ahogar la actividad privada ni disponer de ellos livianamente, olvidándonos de que somos meros administradores de dinero ajeno. Quiero ser responsable en lo que se pide de presupuesto, y en cómo lo utilizamos.

La joven justicia porteña tiene muchas y variadas necesidades. Decidir sobre las prioridades de gastos es una de las funciones del Consejo de la Magistratura. Y me abocaré a estudiar y a decidir que los recursos se asignen a aquellas cuestiones que mejoraran en forma tangible la prestación de justicia a los ciudadanos de esta ciudad.

¿Qué creo es prioritario para que el funcionamiento no se resienta o directamente para mejorar?

Debemos invertir en capacitación de los empleados y los funcionarios. Funcionarios y empleados capacitados, formados, actualizados, es mejorar el recurso humano, base del funcionamiento del Poder Judicial. Sin ellos, cualquier deseo de un ideal de justicia es vano. Hay que mejorar la infraestructura edilicia, ámbito al que concurren los porteños para solucionar sus conflictos legales.

Hay que seguir incorporando tecnología de punta en forma permanente. Informatizar todos los fueros – hasta donde sea posible o el tipo de causa lo permita- es una inversión no un gasto. La justicia capitalina no puede quedarse atrás en la revolución de internet que vive el mundo. La inmensa mayoría de los habitantes de esta ciudad usa internet.

La posibilidad de que todos los porteños puedan realizar consultas desde cada domicilio particular o desde un estudio jurídico, es prioritario. Estos son, descriptos brevemente, los dos ejes centrales de mi propuesta como candidata al Consejo de la Magistratura en representación de los Abogados de la ciudad de Buenos Aires.

(*) La autora -ver imagen principal- se postula para representar a los abogados porteños en el Consejo de la Magistratura local por la lista Cambio Pluralista, que comparte -como titular- con Javier Concepción (ambos en la foto 2).

Esta columna fue originalmente publicada en Noticias Judiciales.

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