Whitelocke, un general inglés, de Cristian Krämer y Jorge Castelli, es una propuesta que atrapará, sobre todo, a los amantes de la historia y de la política internacional. Y, por cierto, a quienes gustan del teatro inteligente, profundo, comprometido y muy bien actuado.
La descarnada y profunda pieza, adaptada de la novela de Castelli, El delicado umbral de la tempestad, premiada por el diario La Nación en 2000, desnuda el colonialismo, aún vigente bajo otros ropajes en pleno siglo XXI, y al siempre presente autoritarismo.
Se luce Arturo Bonin en la piel del protagonista, jefe de la segunda invasión al Río de la Plata. Con precisa dirección de Rosario Zubeldía e impecables trabajos de escenografía, vestuario e iluminación, hay que destacar las perfomances -en un elenco parejo y sin fisuras- de Julio Viera y Miguel Dao, así como la sutil y, a la vez, trepidante percusión a cargo de Augusto Argañaraz.
La obra se presenta en el Teatro Nacional Cervantes jueves, viernes y sábados a las 21.30; y domingos a las 21.
Foto: Gustavo Gorrini
lunes, 21 de julio de 2008
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