miércoles, 30 de agosto de 2006

Reflexión: en estos días, ¿no hay demasiada tendencia a fomentar odios en la Argentina?

Es una sensación personal o ¿existe en estos días una tendencia a fomentar odios en la sociedad argentina? Algunos ejemplos:

-El más insignificante, si se quiere: un animador-músico es acusado en público por su ex mujer de haber protagonizado una "serie de hechos escandalosos". El divorcio se transforma en platillo favorito de programas televisvos de chimentos, y hasta un multimedios -Radio 10, Canal 9 e Infobae- le dan una cobertura inusual, como si se tratara de un conflicto social, no privado.
A la noticias y sus derivaciones -comentarios maliciosos, rumores, etcétera- se suman cadenas de mails defenestrando al animador, dando por hecho que lo que dice su ex cónyuge no es motivo de un litigio judicial sino de una verdad irrefutable; convocando a remitir mensajes a los anunciantes de sus ciclos de TV y radial (para que suspendan estos auspicios publicitarios); y hasta llamando a participar, con idéntica finalidad, en sospechosos foros de Internet... ¿No estamos trasladando un problema vincular, por grave que sea y por públicos que sean sus protagonistas, a un debate demasiado amplio y apasionado?

-El gobierno se prepara para los comicios presidenciales de 2007 y cobija a gobernadores e intendentes de la UCR. El partido radical, que se niega a seguir el camino de estos mandatarios, afirma su perfil opositor en sociedad con el socialista Hermes Binner en Santa Fe, mientras prepara la alquimia presidencial de Raúl Alfonsín (y Eduardo Duhalde): Roberto Lavagna, el exministro K que dio el mal paso.
Arrecian los mandobles orales: Kirchner le reprocha a los radicales (que no lo siguen) de haber compartido la debacle de Fernando de la Rúa; estos últimos le recuerdan al Presidente sus coincidencias de otra época con el innombrable Carlos Menem, el cuco de los 90... Terminan trezándose por los derechos humanos y las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que hizo aprobar -¡a mediados de los 80 (hace 20 años)!- el cacique de Chascomús.
K es el abanderado de los derechos humanos...

Como telón de fondo, se mantiene on line el affaire de los presuntos sobornos en el Senado. No sea cosa que nos olvidemos de los radicales malos que corrompieron a peronistas malos... La gente se indigna por las coimas y negociados del pasado... ¡Qué suerte que ya no hay más!

-Esto sí que es grave: Quebracho, los habituales agitadores encapuchados, lideraron esta noche una marcha frente al Congreso nacional, en solidaridad con el pueblo de El Líbano. Hasta allí nada que merezca reproches, excepto los rostros cubiertos y la actitud amenazante de siempre. Para llevar a cabo su cometido, impideron la semana anterior una manifestación en sentido contrario de la juventud judía...

En el medio, aparecen en la Universidad de Buenos Aires leyendas antisemitas. Inconcebible. Los judíos y árabes convivieron por décadas en paz en el país, incluso sobrellevaron 2 atentados a la embajada israelí y la mutual AMIA en Buenos Aires... ¿Hace falta echar más leña a esas tumultuosas llamas?

-Finalmente, falta menos de 24 horas (cuando escribo estas líneas) para la marcha convocada por Juan Carlos Blumberg a plaza de Mayo, en reclamo de seguridad, y de tono crítico hacia el gobierno K.

Luis D'Elía, el piquetero que cambió los planes sociales por el salario, los gastos de representación y los viáticos de funcionario, se despachó a gusto contra Blumberg. Anunció una contra-marcha en simultáneo, a pocas cuadras de distancia, en el Obelisco porteño. Y dijo barbaridades... El Poder Ejecutivo salió a despegarse, aunque D'Elía es uno de sus subalternos.
El Premio Nobel de la Paz (!?), Adolfo Pérez Esquivel, tomó la posta y también llamó a la contra-marcha destinada a fustigar a Blumberg y sus amigos.


¿Alguien puede imaginar un happy end frente a la Casa Rosada, mañana, jueves, a las 18? ¿No resulta paradójica una marcha contra la inseguridad con tanta inseguridad?

El multimedios Hadad, otra vez, acaba de publicar con gran despliegue un reportaje a una de las víctimas de la inseguridad, que rehúsa sumarse al convite del padre de Axel Blumberg, el joven secuestrado y asesinado después de sufrir torturas...

¿Pero Hadad no apuntaló el lanzamiento de Blumberg y cubrió desde Canal 9 o Radio 10 sus movilizaciones con un despliegue inusual? ¿Qué paso ahora que ya no hay "afinidad"? ¿Tanto se modificaron las ideas de Blumberg?

¿Se intenta dividir a quienes padecieron los mismos sufrimientos? ¿Se intenta fracturar a la sociedad? Son demasiadas preguntas sin respuesta...

¿Que Blumberg se equivocó al politizar la marcha y llevar a Mauricio Macri, Luis Patti y otros opositores como abanderados? (Aquí hay una respuesta) Sin duda. Pero qué podíamos esperar de un hombre que, con todo el dolor del mundo -que respetamos-, apuró a diputados y senadores como si fuera el fiscal de la República para lograr leyes penales más severas... Como si hubiera sido la solución mágica...

Ahora bien, ¿la discrepancia con Blumberg habilita la provocación? ¿Por qué no dejar que él mismo y sus seguidores se expresen? ¿Por qué no dejar que la gente elija si quiere ir a esa manifestación?
¿O es que Blumberg, o mejor dicho, la inseguridad es un fantasma que desvela a cualquier político, porque puede poner en peligro el resultado de una encuesta, o peor aún, una elección que parezca cómoda?

Ojalá, me equivoque...

Marcelo Mendieta

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