Cuenta el historiador y periodista Daniel Balmaceda con la rigurosidad y la ironía que lo caracterizan que "el 25 de mayo de 1811 (un año después de la Revolución de Mayo que se conmemora mañana) se inauguró la pirámide. Era más pequeña que la que conocemos ahora (de hecho, quedó dentro de la que está hoy en Plaza de Mayo). Los encargados de hacerla fueron Juan Francisco Seguí y Manuel Hermenegildo Aguirre. Eficaces a full, tardaron 42 días. Eso sí: luego de los festejos, hubo una discusión porque se había pagado un sobreprecio de cal. ¡Viva la Patria!".
El saludo patriótico de DB a sus amigos y colegas, además de revelarnos el gen de la mala fama que caracteriza la obra pública en el país, viene acompañado de un prometedor anticipo literario (por el momento sólo gráfico): la portada de su nuevo libro "Romances turbulentos de la historia argentina", publicado por editorial Norma.
Si continúa en esa línea de investigación histórica, Balmaceda tiene trabajo asegurado para él y varias generaciones de discípulos.
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