jueves, 1 de junio de 2006

Alfonsín se aferra a Lavagna, mientras la UCR se licua (de lo que se salvaron Carrió, López Murphy y Olivera)

Raúl Alfonsín volvió a calzarse el guardapolvo, con la intención de retomar su arte de alquimista. Es cierto: fracasó con el Tercer Movimiento Histórico en los 80, con todo el aval de los votos, y, ya en la decadencia, con la Alianza de radicales y frepasistas en los 90 que terminó peor que su propio gobierno: con un Presidente, huyendo por la azotea en diciembre de 2001.
RA -¿hay que recordarlo?- se tuvo que ir 6 meses antes de concluir su mandato en el 89, en medio de un incendio hiperinflacionario.
Del otro, en la vereda de enfrente, siempre estuvo el peronismo, alentando las caídas en busca del Poder, la meca eterna de Perón y sus discípulos.
Hay un dicho que sentencia "la tercera es la vencida". Y Alfonsín, que no quiere perderse en un geriátrico en Chascomús o que lo releguen a una estatua de marmol en la Casa Rosada, sueña con devenir en factotum de la candidatura de Roberto Lavagna, el exitoso ex ministro de Néstor Kirchner devenido en las últimas horas protagonista excluyente del tiro al blanco de los lanzadores pingüinistas, desde Felisa Miceli -actual titular de Economía y discípula- hasta el inefable piquetero oficial Luis D'Elía.
Hábil animal político, el ex primer mandatario recogió el guante que lanzó K con su propuesta de hacer una "concertación" y transformar opositores en súbditos, como si fueran sopa instantánea, y así continuar en el gobierno más allá de 2007.
Al llamado "plural" del patagónico, Alfonsín contrapuso una concertación "en serio", que podría liderar RL. La carrera de Lavagna hacia los comicios presidenciales del año que viene parece irreversible y no porque el caudillo de la quinta sección electoral forme parte de ella, o la aliente.
A don Raúl le resulta más sencillo escapar hacia adelante -como hizo en el 94 con el Pacto de Olivos sellado con Carlos Menem, o la entente UCR-FrePaso más recientemente-, y ubicarse en un escenario donde faltan líderes opositores de calibre para fogonear a Lavagna, en lugar de ocuparse de lo que debería: dar batalla en su frente interno y tratar de poner orden en su centenario partido.
La reaparición de Alfonsín coincide con el enjuague de los gobernadores e intendentes radicales que imaginan un vice de Kirchner para el 2007 (el mendocino Julio Cobos) y otro para la fórmula bonaerense (¿el lord mayor de San Isidro, Gustavo Posse?).
Pero, ¿qué puede hacer un añejo cacique de ennegrecida boina blanca, sin "caja" o suficiente valoración doméstica? Hacer declaraciones y ubicarse en otro plano, bien cerca del potencial rival de K que más lo identifica. ¿Le servirá a Lavagna el apoyo de un ex Presidente que ni siquiera puede retar -y menos aún esperar que le hagan caso- a sus díscolos herederos del radicalismo? ¿Terminará Alfonsín yéndose del radicalismo o el radicalismo que mantiene cierto poder en el interior se fue definitivamente de Alfonsín y de la UCR? ¿Estamos hablando de un sello de goma? ¿Qué es hoy el radicalismo: los kirchneristas o los que resisten, Roberto Iglesias, Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Rodolfo Terragno? ¿Alfonsín?
Habría que reconocer a esta altura el mérito de Elisa Carrió, Ricardo López Murphy y Enrique Olivera -hoy referente del ARI de "Lilita" en la ciudad de Buenos Aires-, que hicieron las valijas a tiempo y hoy pueden decirse y sentirse más radicales que muchos directivos que todavía tienen ficha de afiliación partidaria pero trabajan para otro club, el de la reelección. O que están, atrapados en un cascarón gigante sin contenido, preocupados sólo en evitar la fuga en masa de correligionarios que quieren entrar en la adornada y cálida pinguinera VIP.
El caso de Olivera es notable: nadie puede dudar su raigambre radical. Tampoco de su trayectoria y caballerosidad (ni siquiera sucumbió ante los dardos que le hicieron tirar desde Olivos a Rafael Bielsa en la campaña legislativa pasada; el ex canciller, casi un postrado K en la actualidad, terminó pidiéndole disculpas después de una saga de atinadas marchas atrás posteriores a la desesperada campaña en Capital Federal).
Olivera es uno de los pocos radicales con experiencia de gobierno: administró la ciudad de Buenos Aires, tras la salida de Fernando de la Rúa del palacio municipal a la Rosada y hasta la llegada de Aníbal Ibarra.
Y puede decirlo con orgullo. Salió indemne de esa función pública, usina de tentaciones non sanctas que parece maldita: desde Menem para acá, casi no hubo intendente o jefe de gobierno que saliera ileso del cargo. Carlos Grosso, Saul Bouer, Jorge Domínguez, De la Rúa mismo y su jardinero, Ibarra...
Lo que dice Olivera, entonces, sobre la transfugueada de los radicales K tiene un valor extra, frente a tanta palabra devaluada. "El electorado radical de todo el país va a optar por ser oposición a Kirchner, tal como ya lo hizo en la Ciudad de Buenos Aires en las últimas elecciones", dijo el ex jefe de la ciudad.
"Elisa Carrió defiende los principios históricos del radicalismo, como lo son el imperativo moral, la causa de los desposeídos y el respeto irrestricto de las instituciones republicanas. Esta tradición nos coloca muy lejos de la pretensión de convertir al radicalismo en furgón de cola del kirchnerismo", sentenció Olivera.
Mientras tanto, Alfonsín manda a Federico Storani y a Leopoldo Moreau (hoy director de Relaciones Institucionales del multimedios América, cuyo principal dueño es el empresario y diputado Francisco De Narváez -a quien Kirchner descalificó como "el Berlusconi del subdesarrollo"-, habitual contertulio de Lavagna) a masajear la espalda de Lavagna. Como antes hicieron con socialistas y peronistas en los 80, o con el kirchnerista Carlos "Chacho" Alvarez y la desaparecida Graciela Fernández Meijide a fines de la década pasada. Para salir del atolladero, la táctica alfonsinista funcionó. ¿Funcionará esta vez? Qué problema para Lavagna y sus amigos.
Marcelo Mendieta http://elinformatorio.blogspot.com/

4 comentarios :

Horacio Federico González dijo...

Estimado Marcelo, no coincido con todo el contenido de su artículo, pero en honor al discenso que creo que es lo más sano, y a lo aplicado en sus fundamentos y argumentaciones, enlacé en mi blog a este artículo. Puede checarlo en

Marcelo Mendieta (h) dijo...

Gracias por el comentario y por la buena convivencia. Además de que es un honor que nos haya linkeado.
Cordialmente-.

Daniel Pecheny dijo...

Marcelo

Es interesante el artículo.

Tengo una duda. América TV no pertenece a Carlos Ávila, Daniel Vila y José Luis Manzano?

Saludos

Daniel

Marcelo Mendieta (h) dijo...

Daniel, gracias por el comentario. Es correcto: América también pertenece a quienes Ud. menciona, pero De Narvaez aparece hoy por hoy como el principal dueño del canal.
Saludos.