Los afiches pueden inducir a una injusta simplificación para el desprevenido.
Pero, ¿qué más puede decirnos un aviso cuando hay tanto para contar y elogiar? Ni siquiera este comentario pretende hacer justicia. Es simple: hay que ver para creer esta propuesta que jerarquiza la cartelera porteña.
“How to be a Megastar Tour 2.0”, el show fuera de serie que subió al escenario del estadio Luna Park de Buenos Aires desde el jueves 7, es una devastadora muestra de lo que puede el humor, la música y el arte cuando se combinan con la tecnología, la inteligencia y el buen gusto en dosis exactas, pero no por eso carentes de senti-miento.
Los fundadores del grupo, Chris Wink, Phil Stanton y Matt Goldman, nos hacen reír, pensar, conmover (en el más amplio sentido del término), mientras entregan imágenes, sonidos, conceptos, que impactan, sorprenden, que resultan tan desopilantes como profundos según la secuencia.
La excusa es mostrar “cómo se puede llegar a ser una estrella de rock”, gracias a un curso multimediático por correspondencia que -atención- puede terminar "pagando" cualquier espectador con tarjeta de crédito.
BMG nos homenajea con una puesta en la cual tuvieron en cuenta los aspectos regionales –están de gira por Latinoamérica-, y los nacionales. Así, todos entendemos todo. Y nadie se queda afuera, salvo los que llegan tarde: sólo se trata, en verdad, de una pícara e ingeniosa idea que apunta a la complicidad entre los artistas y el grueso del público, mofándose de los códigos que fomentan, en este caso, los teléfonos móviles.
Los guiños hacia el público argentino cautivan, emocionan y divierten. Y son agradecidos por la platea que mira y escucha con ojos y oídos muy abiertos.
El resultado es un espectáculo original de principio a fin, con apelaciones directas al retratar –y burlarse- de los clichés del mundo del rock, del “hágalo Ud. mismo”, de la TV, de la tecnología, de todo lo que nos rodea, de nuestras existencias si se quiere.
La paradoja es que todas las herramientas que utilizan los BMG para entretenernos en cada función son las mismas que pueden ser objeto de burla o de reflexión. Depende cómo se las use, está claro.
Cuando nos invitan a pensar recuerdan a Pink Floyd, aunque sin caer en esa desesperanza absoluta de que la máquina va a devorarnos, y ni siquiera vamos a poder disfrutar de un último deseo. Menos, divertirnos.
Allí están presentes la masificación, y consiguiente despersonalización, sea en los grandes conciertos o en la vida social en general.
Este trío de paladines azulados no se limitan a desatar risas desde el escenario –sin decir una palabra-, a llevarnos a la introspección, o a deleitarnos con música muy bien ejecutada por ellos mismos y sus curiosos instrumentos (la mayoría construidos en base a caños de PVC), y acompañados por una banda potente de virtuosos intérpretes que envidiaría más de un rock star.
Interactúan con el público, caminan entre las butacas, invitan a jugar. Y lo que es más importante: nos hacen sentir que estamos vivos, más allá de lo alienante que puede resultar la realidad, y que podemos vencerla con buen humor, buena música, y la ayuda de ellos, Blue Man Group.
Funciones de martes a viernes a las 21hs.; sábados 19:30 y 22:30hs.; y domingos 18 y 21 hs. Entradas desde $50 (15% de descuento con tarjetas Citibank) en el Luna Park o Entrada Plus.
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